Chávez en todo un torneo de estridencia
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Martha Colmenares
La gente cree las cosas porque se las escucha decir a alguien en quien confía; entonces, si tú de entrada confías en Hugo Chávez o eres de los que no revisas las cosas por cuenta propia, en ambos casos, siempre vas a estar atrapado en el engaño. A la oposición venezolana le iría mejor si de una vez por todas termina de enfocarse en lo importante, desbaratar el aparato de confusión de Chávez, para no dejar que el régimen confunda a la gente ni fomentar las confusiones.
Por eso, de nuevo ante otras presidenciales dadas todas las ventajas que el CNE le ha concedido a Hugo Chávez, no puede la oposición prestarse a la estrategia equivocada de insistir en convalidar a ese organismo electoral. Así, sólo se logra echar a perder las medidas radicales que la gravedad amerita en vista del descarado ventajismo, las inconsistencias, esa serie de mecanismos sin corregirse que se prestan para contabilizar los votos como les de la gana o anunciar los resultados que les provoque (si es que les provoca, tal como ocurrió en el consultivo 2007), sería repetitivo seguir listando. Porque estemos claros, el problema precisamente es que no hay legalidad, o lo que es lo mismo, que si el CNE decide la misa, el TSJ la ratifica y Chávez la aplaude, o viceversa.
Lo cual no sería descabellado para imaginar enseguidita: 1) que el fraude electoral ha ocurrido en esta mismísima elección, de manera masiva e institucionalizada, 2) que el régimen no se va a "autosuicidar a sí mismo", es decir, no se va a suicidar tres veces seguidas haciendo elecciones limpias, reconociendo los resultados, y soltando el poder.
Hay una larga historia de fraudes, tal como nunca publicar los resultados del referendo que mencionaba, cuando Chávez perdió a propósito del primer intento de Chavesitar la constitución todavía más, la victoria de la oposición que Chávez en cadena nacional calificó en términos escatológicos, cosas insólitas. O recordemos por ejemplo, cuando el revocatorio del 2004, Chávez en un hacer creer que estaba muerto de miedo para que aceptáramos condiciones inaceptables para realizarlo, nos lo robó gracias a esas condiciones inaceptables.
Decir que el árbitro de las elecciones estaba vendido, nos costó ser mostrados por el régimen como obstruccionistas, irrespetuosos a la constitución, como malos perdedores, pues. En lo adelante, el mundo no ha hecho sino repetir lo que Chávez
Hay quienes sabemos que el revocatorio nos lo robaron, y hasta sabemos exactamente cómo; otros sin embargo, lamentablemente no conocen las pruebas, o no las aceptan. Lo que pasa con el fraude es que la gente prefiere convencerse de mentiras piadosas a asumir una realidad dolorosa.
Si el CNE es el mismo y el régimen sigue con el hierro del poder, ante la segura avalancha de votos a favor del candidato Capriles, de aceptación galopante, sería una triste realidad si no se combate a tiempo el fraude con intensidad máxima, a menos que estemos acostumbrados ya a que sea normal, por lo que ¡cuidado!, pudiéramos desembocar en la catástrofe de unas elecciones con Chávez en todo un torneo de estridencia.
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