martes, 21 de agosto de 2012

La otra gran depresión

La otra gran depresión

Un informe, firmado por Eures, asegura que al menos una persona al día se quitaba la vida en Italia a causa del desempleo.

Yuriria Sierra
Más de 200 millones de personas es la cifra que la Organización Internacional del Trabajo calculó como índice de desempleo para este 2012. Lo dijo hace tres meses, en abril, cuando presentó un informe, resultado de la evaluación que hizo sobre las consecuencias de la actual recesión que se vive en la Unión Europea, aunque la cifra recoge condiciones de todas partes del mundo.

A finales del mes pasado, en otro informe, éste publicado por el organismo de estadísticas de la Unión Europea, Eurostat, se leía que en los 17 países en los que circula el euro se había llegado a una cifra récord de desempleo: 17 millones 801 mil personas. Los países más afectados son España y Grecia, naciones donde, según el mismo informe, una de cada dos personas menores de 25 años está sin empleo.
Pero en otro de los países de la llamada “eurozona” se analiza un fenómeno por demás alarmante, consecuencia estricta de las condiciones económicas que han originado acciones que no han sido bien recibidas por los ciudadanos. En este caso hablamos de Italia.
También en abril, cuando se documentaban las cifras de la Organización Internacional del Trabajo, se anotaba que en Italia se había alcanzado una tasa de desempleo superior a la que solía ser la más alta, ésta, registrada en 2004. Se contaba a más de dos millones 300 mil personas sin empleo, el equivalente a 9.3% de la población total. Fueron números publicados por su Instituto de Estadísticas, Istat.
Casi al mismo tiempo, apenas un par de semanas después de conocer tales cifras de la situación laboral de los italianos, un informe más, firmado por la organización Eures, afirmaba que al menos una persona al día se quitaba la vida en Italia a causa del desempleo.
El rango de edad donde se presenta el mayor riesgo se encuentra entre los 45 y los 64 años. Y un porcentaje de quienes se encuentran dentro de ese grupo son personas que llevan tiempo sin empleo, más allá del momento en que comenzaron las dificultades económicas del país y que, dadas las condiciones, la búsqueda de trabajo se convierte en una misión casi imposible.
Este fin de semana se revelaron datos sobre dos suicidios más. Uno fue en Turín y otro en Roma, en uno de ellos quien se quitó la vida lo hizo prendiéndose fuego frente al edificio del Parlamento en la capital italiana. Y a partir de estos hechos el Senado italiano difundió que en los primeros meses de 2012 cerca de 50 empresarios se quitaron la vida en la zona norte del país, ellos se suman a los 31 suicidios que, bajo la misma circunstancia, ocurrieron entre 2009 y lo que va de este 2012, en otra región italiana.
Y es que esta ola de suicidios se está entendiendo como un arrebato de desesperación de quienes no ven claro el futuro, y es otra piedra más a la que los gobiernos deberán enfrentarse, pues ya no son sólo medidas de orden económico las que deberán implementar para mejorar sus condiciones, sino también de carácter social y hasta de salud, pues aparece con esto la constante depresión, en el sentido emocional, como una primera alerta para evitar más muertes de ciudadanos producto de, sí, otra gran depresión, no sólo económica…

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