El mexicano Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo", jefe del cártel de Sinaloa,
el narcotraficante más poderoso del mundo según el Departamento del
Tesoro de Estados Unidos, quería asentarse en Europa a través de España.
Para ello, destacados miembros de la organización, uno de ellos primo
del Chapo, hicieron dos viajes a Madrid, el primero, de cinco días, en
marzo de 2011. El segundo, a finales de julio, les ha llevado a prisión.
La Policía Nacional, en colaboración con el FBI norteamericano, ha
abortado el intento del Chapo de ampliar su mercado vendiendo cocaína en
un nuevo continente. Llevaban tras ellos desde 2009.
Cuatro presuntos narcotraficantes de ese grupo fueron detenidos ayer en la Operación Dark Waters: Jesús Gutiérrez Guzmán, Manolo , el primo del “El Chapo”; Rafael Humberto Celaya Valenzuela, el abogado; Samuel Zazueta Valenzuela y Jesús Gonzalo Palazuelos Soto. Fueron arrestados en las inmediaciones de los hoteles en los que se hospedaban por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, que ordenó prisión incondicional para ellos por un presunto delito de tráfico de drogas. Estados Unidos reclama su extradición.
Como en su primer viaje, algunos de ellos se alojaron en elhotel Palace .
Se trata de personas muy importantes de la organización que venían a
Madrid a establecer sus contactos de distribución de la cocaína sin
tener ningún contacto directo con la droga. No opusieron ninguna
resistencia a los arrestos. Uno de ellos tan solo pidió a los agentes
que le guardaran el ticket de un gran almacén español para pedir que le
devuelvan los impuestos cuando salga de España.
El cartel del Chapo iba a introducir la droga en Europa por vía marítima. Para ello hicieron varias pruebas. Enviaron contenedores con fruta -sobre todo piña- para verificar qué tipo de controles se llevaban a cabo, y cómo. Finalmente, el pasado 27 de julio, llegó el primer envío real al Puerto de Algeciras, en un puerto procedente de Brasil. En un contenedor que supuestamente llevaba dentro solo orfebrería, se ocultaban 373 kilos de cocaína.
La operación, llevada a cabo por la sección de relaciones internacionales de la Brigada Central de Crimen Organizado, se inició en mayo de 2009 por parte del FBI de Boston (EE UU). Los agentes americanos averiguaron que los miembros del cártel planeaban viajar a España, lo que hicieron en marzo de 2011, fecha en la que la policía española les detectó en Madrid.
En los registros en las habitaciones donde se alojaban se han intervenido teléfonos móviles, 5.500 dólares, unos 3.000 euros, 4.000 pesos mexicanos y documentación que todavía se está analizando.
Cuatro presuntos narcotraficantes de ese grupo fueron detenidos ayer en la Operación Dark Waters: Jesús Gutiérrez Guzmán, Manolo , el primo del “El Chapo”; Rafael Humberto Celaya Valenzuela, el abogado; Samuel Zazueta Valenzuela y Jesús Gonzalo Palazuelos Soto. Fueron arrestados en las inmediaciones de los hoteles en los que se hospedaban por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, que ordenó prisión incondicional para ellos por un presunto delito de tráfico de drogas. Estados Unidos reclama su extradición.
Como en su primer viaje, algunos de ellos se alojaron en el
El cartel del Chapo iba a introducir la droga en Europa por vía marítima. Para ello hicieron varias pruebas. Enviaron contenedores con fruta -sobre todo piña- para verificar qué tipo de controles se llevaban a cabo, y cómo. Finalmente, el pasado 27 de julio, llegó el primer envío real al Puerto de Algeciras, en un puerto procedente de Brasil. En un contenedor que supuestamente llevaba dentro solo orfebrería, se ocultaban 373 kilos de cocaína.
La operación, llevada a cabo por la sección de relaciones internacionales de la Brigada Central de Crimen Organizado, se inició en mayo de 2009 por parte del FBI de Boston (EE UU). Los agentes americanos averiguaron que los miembros del cártel planeaban viajar a España, lo que hicieron en marzo de 2011, fecha en la que la policía española les detectó en Madrid.
En los registros en las habitaciones donde se alojaban se han intervenido teléfonos móviles, 5.500 dólares, unos 3.000 euros, 4.000 pesos mexicanos y documentación que todavía se está analizando.
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