sábado, 18 de agosto de 2012

Las maniobras de Correa

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Al conceder el asilo a Julian Assange, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, se ha puesto él mismo bajo los focos. Quizás lo buscaba. Pero los cuestionamientos de su Gobierno al sistema judicial y los principios garantistas de Suecia y Reino Unido han acabado por rebotarle en la cara como un bumerán.
"Candil en la calle, oscuridad en la casa". Esta frase, que encabeza una crónica del diario mexicano El Universal, resume el tono de buena parte de las reacciones. La repentina conversión de Correa en adalid de la libertad de expresión en el caso Assange contrasta con el asedio que sufren los medios en su país. Una posición "totalmente contradictoria", dice el Comité para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York. La Unión Nacional de Periodistas y la Asociación de Editores de Periódicos de Ecuador recuerdan que las autoridades están impulsando nuevas leyes para restringir la actividad informativa.

El Gobierno de Ecuador "otorga el asilo al hacker autraliano Julian Assange, y obliga a irse al exilio al director de opinión del Universo", señala el diario El Comercio, en referencia al periodista Emilio Palacio, que tuvo que refugiarse en la Embajada de Panamá en Quito (y al que, recuerda, se negó en su día el salvoconducto). "Ojalá que los derechos humanos y la libertad de expresión que invoca el Gobierno para el asilo los respetara de forma irrestricta en el país", afirma el diario Hoy.
La revista Semana, de Colombia, explica con detalle "el ingenioso aparato" que ha montado Correa "para reprimir la libertad de expresión con el fin de controlar a los opositores y seguir perfilándose como el único futuro posible de su país”.
4262955 (1)Descartada entonces la vocación libertaria de Correa, ¿qué le ha llevado a erigirse en el defensor de Assange?
Varios columnistas creen que estamos ante una jugada para consumo interno, que no es ajena a la elección presidencial prevista para febrero de 2013. Para el diario quiteño La Razón, es una maniobra para difuminar los incómodos escándalos que salpican al Gobierno. "La justiciera causa a favor de Assange, de la que no han gozado muchos de nuestros compatriotas, garantiza semanas de distracción". Carlos Rojas, editor político de El Comercio, va más allá: se trata de un "show mediático" con los ojos puestos en las encuestas. Correa se presenta como un bravío líder internacional que planta cara al león británico y al imperio (Estados Unidos).
En la misma línea se manifiestan algunos analistas consultados por El Comercio de Lima, que habla de "movimiento calculado".
A miles de kilómetros, al editora de cultura del diario sueco Expressen cierra el círculo. Assange, escribe Karin Olsson en una columna reproducida por el británico The Guardian, ha "huido de Suecia, una democracia decente", para acabar convertido "en un juguete para la megalomanía" de Correa.
Postdata. The Guardian, uno de los cinco diarios -entre ellos EL PAIS- elegidos por Assange para difundir los cables secretos de la diplomacia estadounidense, se muestra contundente: el fundador de Wikileaks, acusado de delitos sexuales, no merece "el honor" de que se le considere un refugiado y debería ser extraditado a Suecia. Frente a los "razonamientos falaces" de Ecuador, la ley.

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