HUECONOMÍA – GUILLERMO FÁRBER
¿Merkel vs. Draghi?
Se aceptan apuestas. No sobre si la
Unión Europea comienza a desintegrarse tras 55 años de expansión continua. No,
la temida, aborrecida desintegración se da por descontada. El dilema está en
dónde empezará la corredera. ¿Se salen los países del norte (Alemania,
Finlandia, Holanda, Bélgica), o se van los PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia,
Grecia, España)?
Es la hora de la verdad para la Unión
Europea. ¿Quién ganará este round? La pelea ya está decidida: el colapso
económico europeo, y luego mundial, es inevitable. Pero no será el fin del
mundo, sino tan sólo el de esta economía global ficticia, basada en crédito
fiat. El desplome es necesario para que el mundo pueda renacer con piel nueva,
sana, y tiremos al fin esta costra leprosa que nos puso encima un siglo de
burbujas crediticias. El debate hoy es tan sólo si este arreglo ficticio nos
dará un respiro adicional de un par de años, o si el mundo entra ya en la
franca Gran Depresión Global que de todos modos no hay manera de eludir.
Mario Draghi, mandamás del Banco
Central Europeo aseguró: “El BCE está listo para hacer cuanto sea necesario
para preservar el euro.” Pero la verdad es que se trató de un bluff tipo
póquer. ¿Logrará conseguir la montaña de euros para evitar la moratoria de las
deudas soberanas europeas? El FMI no tiene esas cantidades. El BCE quiere
comprar los bonos PIIGS en el mercado secundario (directamente sería ilegal).
¿Se lo van a permitir? El jaloneo dentro del BCE es épico. Los norteños tienen
los capitales; los PIIGS tienen los votos.
DUELO
AL SOL
Muchos analistas ven este tironeo olímpico como un
enfrentamiento personal entre Draghi y Ángela Merkel. Doña Ángela insiste en
trazar un límite a la expansión monetaria; Draghi, en que el BCE eche a andar
24/7 la maquinita de imprimir euros. Es un duelo en toda forma.
Ambrose Evans-Pritchard es, con Kurgman y otros, un rabioso
partidario de la estrategia inflacionaria. Exige que Merkel se vaya a un rincón
(calladita se ve más bonita): “Alemania debe dejar que el BCE tome su
responsabilidad como banco central, después de dos años de dilaciones
ideológicas, y elimine cualquier riesgo de una moratoria de España o Italia de
sus deudas soberanas.” ¿Y cómo propone realizar ese milagro? Obvio, como reza
el catecismo keynesiano: inflar y que, como siempre, sean los bancos los
ganones y los pueblos los paganos de la hiper inflación resultante. En su
furor, don Ambrose le exige a Alemania que le entre al juego o de plano se haga
a un lado.
El problema es que efectivamente,
Alemania-Finlandia-Holanda-Bélgica pueden hacerse a un lado. Ellos son los
dueños de las canicas. Y no se trata sólo de un jaloneo entre líderes: el
grueso de los ciudadanos alemanes-finlandeses-holandeses-belgas los
respaldarían abrumadoramente en una eventual ruptura del euro, hartos de
soportar tanta disciplina y sangría financiera para mantener a los que ellos
consideran “parásitos” del Club-Med.
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