Marc Caputo
Los republicanos están de fiesta después de que Mitt Romney escogió a Paul Ryan como aspirante a la vicepresidencia.
Pero también lo están los demócratas.
Ryan, representante de Wisconsin, es el arquitecto del plan de presupuesto Ryan para hacer grandes cambios al Medicare y alMedicaid
y tal vez cierta privatización de la Seguridad Social. El hecho es
visto por muchos demócratas y la mayoría de los analistas como una
posición políticamente peligrosa en la Florida, un estado que los
republicanos necesitan ganar.
Ryan podría tener otro problema en la Florida: se opuso al embargo de Estados Unidos a Cuba, una posición que es anatema para la comunidad de exiliados de Miami-Dade, la cual es mayoritariamente republicana y tenía la esperanza de que uno de los suyos, el senador Marco Rubio, fuera escogido para la fórmula presidencial de Romney. Aunque conservadora, la población cubana de la tercera edad en el condado depende en gran medida de la asistencia del gobierno, sobre todo el Medicare.
Los sondeos indican que los votantes de más de 50 años —que componen más de la mitad del electorado de la Florida— desconfían de los cambios a los programas gubernamentales de asistencia, los cuales destinan cada año unos $96,000 millones a ancianos, enfermos, hospitales,doctores y otras instituciones de salud.
Al escoger a Ryan, Romney muestra que está listo para pelear por cambios conservadores a los programas, de origen liberal.
“No evitaremos los temas difíciles… tomaremos la iniciativa”, afirmó Ryan en su discurso oficial de aceptación en Norfolk, Virginia. “No culparemos a los demás… asumiremos la responsabilidad. No reemplazaremos nuestros principios fundacionales… los volveremos a aplicar”.
Los demócratas también están listos para una batalla de ideas.
“Paul Ryan quiere privatizar la Seguridad Social. Estamos impacientes por dar la bienvenida a Mitt y su elegido a la Florida”, comentó en Twitter el representante federal Ted Deutch, demócrata de Boca Ratón. “No tiene nada de valiente recortar los programas de los que dependen los ancianos de EEUU para su salud y sus finanzas”.
En el corazón de la controversia está la propuesta de Ryan de convertir en el futuro el Medicare en un sistema “que depende de las primas”, el cual subsidiaria directamente a las compañías de seguros en nombre de los ancianos. En esencia, pondría más límites a los gastos de Medicare.
Los demócratas describen el plan como un sistema de vales y señalan estudios independientes que muestran que el sistema de vales, o sea, una cantidad de dinero predeterminada que aumenta con el tiempo a un paso predeterminado, no se mantendrá al nivel de la inflación de los costos médicos.
Resultado: los ancianos tendrían que pagar mucho más de su bolsillo en el futuro. Sus servicios podrían ser recortados.
Ryan y los defensores del plan señalan que nada es gratis. Alguien siempre está pagando por Medicare o cualquier otro programa del gobierno. Declaró que quiere cambiar el plan para que los de menos de 55 años salven el programa, que está en un camino insostenible.
Un sondeo hecho en la Florida la semana pasada muestra que los “baby boomers”, la generación de postguerra, preocupados por su futuro, planean depender más de la Seguridad Social y el Medicare de lo que habían anticipado. De modo que la mención de recortes a dichos servicios podría asustarlos.
Los “baby boomers” en la Florida están divididos 45-46 por ciento a la hora de responder si votarán por el presidente Obama o por Romney, según un sondeo de la Asociación Americana de Jubilados aplicado a 500 votantes de la tercera edad la semana pasada. Los retirados tendieron a favorecer a Romney sobre Obama 48-43 por ciento, aunque la ventaja está dentro del margen de error de 4.4 por ciento del sondeo.
Durante años, Ryan ha recibido ataques por querer cambiar el Medicare. El aspirante a la vicepresidencia está familiarizado de cierta manera con la población anciana de la Florida: su madre es residente a tiempo parcial de Lauderdale-by-the-Sea.
Con Ryan como candidato republicano a la vicepresidencia, los demócratas no tendrán que enfrentar a su mayor enemigo, el senador Rubio, quien estará en la boleta estatal para su reelección en la Florida, un estado en que Rubio, como candidato a la vicepresidencia, hubiera ayudado más a Romney, según los sondeos.
Rubio, lo mismo que otros republicanos importantes, fue todo elogios el sábado sobre la selección de Ryan.
“Paul Ryan es un valiente reformador que entiende las dificultades de nuestra nación”, indicó Rubio en un comunicado. “Ha propuesto audaces soluciones políticas y ha mostrado su coraje al enfrentarse al presidente Obama y otros políticos de Washington que están tratando de derrocarlo”.
Los aliados de Rubio sospechan que fue finalista por la candidatura a la vicepresidencia junto a Ryan, debido a las similitudes entre ambos: telegénicos, jóvenes, excéntricos y parte de una nueva generación de políticos republicanos a los que no les da miedo hablar de reformar Medicare, Medicaid o la Seguridad Social.
Los conservadores tienen la esperanza de que la elección de Rubio en el 2010 es una señal de que hablar de recortes y reformas al Medicare ya no sea un tema intocable en la política de la Florida. Los votantes de la época de la depresión han ido muriendo, dando paso a retirados de la época de Reagan, más inclinados a respaldar cambios conservadores que programas liberales.
Pero a diferencia del 2010, un año de elecciones para el puesto de gobernador con fuerte presencia republicana, se espera que esta elección presidencial atraiga a un número altamente desproporcionado de demócratas, quienes están cortejando a los votantes hispanos como nunca antes.
Rubio es atractivo para los votantes hispanos, especialmente los cubanoamericanos, quienes constituyen algo más de un tercio del electorado hispano de la Florida. Los sondeos muestran que ayudó a Romney a ganar un mayor apoyo entre los hispanos que cualquier otro potencial candidato a la vicepresidencia.
Un puñado de legisladores republicanos cubanoamericanos, tanto actuales como separados de la política, quienes no quisieron ser identificados por temor a afectar a su propio partido, indicaron a The Miami Herald que el historial de Ryan con relación al embargo a Cuba podría decepcionar a los votantes cubanoamericanos, quienes componen 72 por ciento del electorado republicano en Miami-Dade, el mayor condado de la Florida.
“¿Cómo pudieron dejar a un lado a Marco y escoger a alguien que está en contra del embargo?”, preguntó uno de ellos.
Romney y Ryan tienen programada una visita al corazón de la comunidad del exilio cubano el lunes, durante un evento en el Palacio de los Jugos.
Más alla de la política de los cubanoamericanos, Rubio dio a Romney un impulso general de alrededor de 2 puntos porcentuales en la Florida, según el sondeo más reciente de The Miami Herald. Ningún otro candidato puede hacer eso.
Rubio es popular en la Florida. Ryan es un desconocido. Además, Rubio tampoco fue el rostro del plan Ryan.
La versión más reciente del plan Ryan da a algunos futuros beneficiarios la opción de usar el vale o conservar un programa de Medicare más tradicional. El plan Ryan reestructuraría completamente el Medicare para las personas menores de 55 años.
Pero también lo están los demócratas.
Ryan, representante de Wisconsin, es el arquitecto del plan de presupuesto Ryan para hacer grandes cambios al Medicare y al
Ryan podría tener otro problema en la Florida: se opuso al embargo de Estados Unidos a Cuba, una posición que es anatema para la comunidad de exiliados de Miami-Dade, la cual es mayoritariamente republicana y tenía la esperanza de que uno de los suyos, el senador Marco Rubio, fuera escogido para la fórmula presidencial de Romney. Aunque conservadora, la población cubana de la tercera edad en el condado depende en gran medida de la asistencia del gobierno, sobre todo el Medicare.
Los sondeos indican que los votantes de más de 50 años —que componen más de la mitad del electorado de la Florida— desconfían de los cambios a los programas gubernamentales de asistencia, los cuales destinan cada año unos $96,000 millones a ancianos, enfermos, hospitales,
Al escoger a Ryan, Romney muestra que está listo para pelear por cambios conservadores a los programas, de origen liberal.
“No evitaremos los temas difíciles… tomaremos la iniciativa”, afirmó Ryan en su discurso oficial de aceptación en Norfolk, Virginia. “No culparemos a los demás… asumiremos la responsabilidad. No reemplazaremos nuestros principios fundacionales… los volveremos a aplicar”.
Los demócratas también están listos para una batalla de ideas.
“Paul Ryan quiere privatizar la Seguridad Social. Estamos impacientes por dar la bienvenida a Mitt y su elegido a la Florida”, comentó en Twitter el representante federal Ted Deutch, demócrata de Boca Ratón. “No tiene nada de valiente recortar los programas de los que dependen los ancianos de EEUU para su salud y sus finanzas”.
En el corazón de la controversia está la propuesta de Ryan de convertir en el futuro el Medicare en un sistema “que depende de las primas”, el cual subsidiaria directamente a las compañías de seguros en nombre de los ancianos. En esencia, pondría más límites a los gastos de Medicare.
Los demócratas describen el plan como un sistema de vales y señalan estudios independientes que muestran que el sistema de vales, o sea, una cantidad de dinero predeterminada que aumenta con el tiempo a un paso predeterminado, no se mantendrá al nivel de la inflación de los costos médicos.
Resultado: los ancianos tendrían que pagar mucho más de su bolsillo en el futuro. Sus servicios podrían ser recortados.
Ryan y los defensores del plan señalan que nada es gratis. Alguien siempre está pagando por Medicare o cualquier otro programa del gobierno. Declaró que quiere cambiar el plan para que los de menos de 55 años salven el programa, que está en un camino insostenible.
Un sondeo hecho en la Florida la semana pasada muestra que los “baby boomers”, la generación de postguerra, preocupados por su futuro, planean depender más de la Seguridad Social y el Medicare de lo que habían anticipado. De modo que la mención de recortes a dichos servicios podría asustarlos.
Los “baby boomers” en la Florida están divididos 45-46 por ciento a la hora de responder si votarán por el presidente Obama o por Romney, según un sondeo de la Asociación Americana de Jubilados aplicado a 500 votantes de la tercera edad la semana pasada. Los retirados tendieron a favorecer a Romney sobre Obama 48-43 por ciento, aunque la ventaja está dentro del margen de error de 4.4 por ciento del sondeo.
Durante años, Ryan ha recibido ataques por querer cambiar el Medicare. El aspirante a la vicepresidencia está familiarizado de cierta manera con la población anciana de la Florida: su madre es residente a tiempo parcial de Lauderdale-by-the-Sea.
Con Ryan como candidato republicano a la vicepresidencia, los demócratas no tendrán que enfrentar a su mayor enemigo, el senador Rubio, quien estará en la boleta estatal para su reelección en la Florida, un estado en que Rubio, como candidato a la vicepresidencia, hubiera ayudado más a Romney, según los sondeos.
Rubio, lo mismo que otros republicanos importantes, fue todo elogios el sábado sobre la selección de Ryan.
“Paul Ryan es un valiente reformador que entiende las dificultades de nuestra nación”, indicó Rubio en un comunicado. “Ha propuesto audaces soluciones políticas y ha mostrado su coraje al enfrentarse al presidente Obama y otros políticos de Washington que están tratando de derrocarlo”.
Los aliados de Rubio sospechan que fue finalista por la candidatura a la vicepresidencia junto a Ryan, debido a las similitudes entre ambos: telegénicos, jóvenes, excéntricos y parte de una nueva generación de políticos republicanos a los que no les da miedo hablar de reformar Medicare, Medicaid o la Seguridad Social.
Los conservadores tienen la esperanza de que la elección de Rubio en el 2010 es una señal de que hablar de recortes y reformas al Medicare ya no sea un tema intocable en la política de la Florida. Los votantes de la época de la depresión han ido muriendo, dando paso a retirados de la época de Reagan, más inclinados a respaldar cambios conservadores que programas liberales.
Pero a diferencia del 2010, un año de elecciones para el puesto de gobernador con fuerte presencia republicana, se espera que esta elección presidencial atraiga a un número altamente desproporcionado de demócratas, quienes están cortejando a los votantes hispanos como nunca antes.
Rubio es atractivo para los votantes hispanos, especialmente los cubanoamericanos, quienes constituyen algo más de un tercio del electorado hispano de la Florida. Los sondeos muestran que ayudó a Romney a ganar un mayor apoyo entre los hispanos que cualquier otro potencial candidato a la vicepresidencia.
Un puñado de legisladores republicanos cubanoamericanos, tanto actuales como separados de la política, quienes no quisieron ser identificados por temor a afectar a su propio partido, indicaron a The Miami Herald que el historial de Ryan con relación al embargo a Cuba podría decepcionar a los votantes cubanoamericanos, quienes componen 72 por ciento del electorado republicano en Miami-Dade, el mayor condado de la Florida.
“¿Cómo pudieron dejar a un lado a Marco y escoger a alguien que está en contra del embargo?”, preguntó uno de ellos.
Romney y Ryan tienen programada una visita al corazón de la comunidad del exilio cubano el lunes, durante un evento en el Palacio de los Jugos.
Más alla de la política de los cubanoamericanos, Rubio dio a Romney un impulso general de alrededor de 2 puntos porcentuales en la Florida, según el sondeo más reciente de The Miami Herald. Ningún otro candidato puede hacer eso.
Rubio es popular en la Florida. Ryan es un desconocido. Además, Rubio tampoco fue el rostro del plan Ryan.
La versión más reciente del plan Ryan da a algunos futuros beneficiarios la opción de usar el vale o conservar un programa de Medicare más tradicional. El plan Ryan reestructuraría completamente el Medicare para las personas menores de 55 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario