Viena versus Chicago


Axel Kaiser es investigador del Instituto Democracia y Mercado (Chile) y columnista de ElCato.org. Axel obtuvo el primer lugar en nuestro primer concurso de ensayos, Voces de Libertad 2008.
Probablemente no hay dos corrientes de economía más cercanas y a la vez más distintas que la escuela de Chicago y la escuela austriaca de economía. No es un ejercicio puramente académico el reparar en las diferencias fundamentales entre ambas tradiciones, pues las consecuencias de seguir una u otra desde el punto de vista de la política económica y de la economía como disciplina son gigantescas. Veamos entonces algunos puntos esenciales que separan a Viena de Chicago. El más importante, sin duda, es la metodología. Para Chicago la economía es una ciencia al estilo de la física. Esto significa que debe proponer hipótesis y testearlas empíricamente de modo de establecer leyes de carácter universal que más adelante nueva evidencia puede eventualmente probar como falsas. La metodología de Chicago asume así que los seres humanos nos comportamos con la lógica de átomos o moléculas y que por tanto existen en economía, como en las ciencias naturales, regularidades o relaciones constantes que pueden medirse con validez estadística para realizar predicciones. La infinita recopilación de datos y la matematización de la disciplina de economía, de la que se quejara amargamente Röpke, es una consecuencia necesaria de este enfoque que pretende alcanzar niveles de certeza comparables a la física.