Baño de oro… y de sangre

Martín Moreno

Oribe Peralta da el frentazo y pone el balón lejos del alcance del portero brasileño, Gabriel. México se vuelve loco. Y violento. A esa hora, se cierra la bitácora de la muerte: 105 ejecutados olímpicamente en sólo 72 horas, sin detenidos ni responsables. Medalla de oro en futbol y en impunidad.

Cierto: los cárteles se están peleando con todo las plazas. La recta final del calderonismo quedará marcada por el signo sexenal: la bala y la sangre. Nadie le pidió al Presidente dejar de luchar contra el narco. Cosa muy distinta era revisar la estrategia por dos vacíos evidentes y dolorosos: la muerte de civiles inocentes, y la batalla desatada entre cárteles que pone al país en el abismo negro.
Lo más fácil es decir: se están matando entre ellos. Lo más difícil: proteger al ciudadano de esa violencia. Hasta hoy, no se ha conseguido.
SLP. Peralta ya metió el primer gol a los 28 segundos. A miles de kilómetros, la imagen aturde: estudiantes del ITESM, Campus San Luis, a pecho tierra para cubrirse de la balacera afuera del plantel. La caravana de la muerte se había iniciado con 14 cadáveres apilados sobre la carretera a Zacatecas. Siguieron enfrentamientos por todos lados: 21 fallecidos en total. Sólo respondieron federales y soldados. Jueves y viernes, SLP sufrió vacío de autoridad. Su gobernador se llama Fernando Toranzo (PRI). ¿Alguien lo ha visto?
Imposible no relacionar este baño de sangre con la ejecución del alcalde electo priista de Matehuala, Édgar Morales Pérez, junto con su coordinador de campaña, Juan Francisco Hernández Colunga. Morales se suma a la lista de asesinatos de políticos que han quedado —y así seguirán— sin resolver. ¿Quién y por qué lo mató?
El tufo de la narcopolítica. El ajuste de cuentas.
GUANAJUATO. Hulk —más que futbolista debería ser halterista— cruza a Corona y nos muerde, otra vez, el gusanito inevitable de la fatalidad. Y en el Bajío, gasolineras son atacadas con bombas molotov e incendiados automóviles. No. No es Siria. Es Guanajuato.
Comandos integrados por tres y hasta cinco encapuchados sembraron terror en Yuriria, Moroleón, Salamanca y San Miguel de Allende. El núcleo del poder político de El Yunque panista, inerme ante el ataque armado. Civiles, pertrechados en sus casas. Que nadie salga porque el crimen (muy bien) organizado está trabajando.
“Se advierte que las acciones fueron perpetradas por miembros del crimen organizado en represalia por los sucesos acontecidos en Michoacán…”, dijo el procurador de Justicia de Guanajuato, Carlos Zamarripa. ¡Ah, menos mal que la violencia viene de otro estado!
Pero, ¿qué ocurrió realmente en Michoacán?
MICHOACÁN. El cabezazo de Óscar pasa por arriba de la portería de Corona y el alma vuelve al cuerpo. ¡Uf! Días antes, la orden fue: aprehender a Servando Gómez Martínez, La Tuta, líder de Los Caballeros Templarios.
Para ello, un convoy blindado de federales, con una tanqueta conocida como “rinoceronte”, ingresa a El Alcalde y a Holanda, pero ya estaban “avistados”: los reciben con metralla de R-15 y cuernos de chivo. Los obligan a huir.
Tras ese primer enfrentamiento, los federales llevan a sus heridos al Hospital Regional…donde ya los esperaban pistoleros de Los Caballeros Templarios. Allí se da un segundo tiroteo.
Cuatro federales murieron. El reporte oficial indica que cinco delincuentes resultaron muertos. Sin embargo, ninguna autoridad ha dado fe de estos cadáveres. Si es que los hubo.
¿Tiene algo que ver Michoacán con Guanajuato? Sí: Los Caballeros Templarios están intentando tomar plazas en territorio guanajuatense.
La Tuta y su grupo se fortalecen. La Familia Michoacana se debilita con la muerte, en marzo pasado, de una de sus cabezas: Horacio Morales Baca, El Perro. Su hermano, El Tinaco, ya detenido.
Los enfrentamientos y ataques en SLP, Guanajuato y Michoacán no son casualidad. Los cárteles pretenden posicionarse en la parte final del sexenio de Calderón, y ver bajo qué actitud entra la nueva administración.
Mientras, a seguir gozando el oro. A pesar del berrinche de Pelé.
ARCHIVOS CONFIDENCIALES
DF VIOLENTO. El asesinato del empresario Jaime Quiroz Gutiérrez demuestra una tendencia que el GDF y Marcelo Ebrard se niegan a reconocer: la Ciudad de México se ubica, desde hace tiempo, entre las más peligrosas del país. Y no es percepción: de acuerdo a cifras del ICESI, en el rubro de porcentaje de hogares con alguna víctima de delito, el DF gana medalla de oro con 28%; le sigue el Edomex, con 21%, y Chihuahua, con 16 por ciento.
CALDERÓ(PA)N. Crean comisión para refundar al blanquiazul. Mayoría, los calderonistas: Germán, Bravo Mena, Nava, González Morfín, La Cocoa, Elena Álvarez, Zermeño y Hugo Sánchez. ¿Alguna duda sobre quién controla al partido?