Associated Press
Wen Jiabao
Algunos observadores chinos sugieren
que posiblemente ya no esté en una posición ventajosa a medida que el
país se prepara para el traspaso del poder a un nuevo equipo en octubre.
Por supuesto, lo que Wen dice claramente es cierto. Con una inflación
que disminuyó al 1,8% en julio, respecto del 2,2% de junio, las
autoridades chinas tienen espacio para relajar la política y asegurar
que el país pueda lograr la meta de crecimiento del gobierno del 7,8%
para el año.
De hecho, los mercados financieros han estado especulando hace semanas de que el Banco Popular de China tomará medidas.
No obstante, las condiciones monetarias no son las que eran y durante
este verano parece que hubo un abrupto cambio en el comercio exterior y
el ingreso de inversiones directas que habían ayudado a mantener al
yuan chino en una constante tendencia alcista en los últimos años.
A medida que la economía mundial se desacelera, China no solo
encuentra que su superávit de cuenta corriente se está contrayendo
rápidamente -ahora cae a cerca del 3,6% del PIB frente a más del 10% de
hace cuatro años-, sino que el interés de los inversionistas en el país
también ha disminuido.
Datos nuevos muestran que los flujos de inversiones extranjeras
directas cayeron un 8,7% en julio, la contracción más pronunciada desde
finales de 2011.
Un elemento clave en este cambio de flujos ha sido el final de la constante presión alcista sobre el yuan.
En su lugar, la moneda china ha comenzado a caer y el banco central,
que en algún momento tuvo que realizar operaciones diarias para frenar
su rápida apreciación y el consecuente perjuicio sobre las exportaciones
del país, ahora ha tenido que reanudar las compras de yuanes para
frenar una caída demasiado rápida.
Esto ayuda a explicar por qué las reservas internacionales del banco
central chino, que ascendían a la estratosférica cifra de más de US$3
billones a comienzos de este año, cayeron en US$90.000 millones durante
mayo.
Esto también ayuda a explicar por qué la moneda única europea, el
euro, se ha estado debilitando en los últimos meses. Además de los
problemas relacionados con la crisis de deuda de la zona euro, la moneda
también está experimentando la ausencia de respaldo por parte del banco
central chino, que previamente había estado comparando euros para
diversificar sus reservas del dólar.
Pero, esto también genera una duda mayor sobre qué hará ahora China.
Debido a que su moneda sigue debilitándose y algunos expertos
sugieren que la inflación podría repuntar nuevamente desde su mínimo
actual, el banco central podría no estar suficientemente preparado para
volver a relajar la política monetaria, como sugiere Wen.
Como dijo Ursina Kubli, estratega de divisas de Bank Sarasin & Co. en
Zurich: "El banco central de China está navegando en aguas desconocidas".
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