“Assange apunta a Estados Unidos y la pelea se intensifica”, titulaba esta lunes The Guardian, destacando la dimensión internacional del caso.
Según el periódico, el australiano “advirtió implícitamente a Gran Bretaña que cualquier disputa con Ecuador podría convertirse en un conflicto con la región entera”.
En su editorial, The Guardian es muy crítico con el discurso de Assange y recuerda que la principal razón de su encierro es evitar responder a las alegaciones de la justicia sueca sobre un presunto delito sexual.
“El señor Assange no se enfrenta a un juicio público sobre el periodismo de WikiLeaks, sino que está esquivando alegaciones de violación. Confundir las dos cosas no hace ningún favor a la organización que creó, que ha hecho muy buen trabajo”, asegura The Guardian.
También The Independent lamentó que el fundador de WikiLeaks no mencionara los presuntos delitos sexuales por los que le reclama Suecia y aseguró que si realmente su objetivo fuera luchar por la libertad de expresión “no habría centenares sino miles de seguidores” frente a la embajada.
Pero la prensa destaca ante todo la dimensión diplomática del caso y hasta geopolítica. El conservador The Times no dudó en dedicar una doble página al “historial en
El próximo paso en la batalla diplomática será la reunión del viernes en Washington de la Organización de Estados Americanos (OEA), que debe pronunciarse sobre el caso Assange.
El domingo los cancilleres de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) reafirmaron en Guayaquil “su solidaridad” con Ecuador, un día después del respaldo del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), acrecentando un poco más la presión a las autoridades británicas.
“No es peor que la celda de una prisión”.
En Londres, la situación de Julian Assange, el fundador de la página web WikiLeaks que filtró miles de cables diplomáticos secretos de Estados Unidos, parece estancada tras cumplirse dos meses desde que se encerró en la embajada huyendo de la justicia británica, que se disponía a extraditarlo a Suecia.“No es peor que la celda de una prisión, está claro, principalmente porque puede usar un ordenador e internet. Puede trabajar y esta es su principal preocupación”, dijo este lunes a la AFP Vaughan Smith, un ex oficial del ejército que acogió a Assange en su casa cuando estaba en arresto domiciliario.
Su encierro en la embajada podría alargarse mientras las autoridades suecas siguen reclamándole para interrogarle por un presunto delito sexual. Assange teme que una vez en el país le extraditen a Estados Unidos y sea juzgado por revelación de secretos.
El domingo el australiano su primera aparición pública tras dos meses en la embajada, de la que no puede salir si no quiere exponerse a ser arrestado por los agentes de policía que vigilan el edificio día y noche, y pidió a Estados Unidos que cese su “caza de brujas”.
Ecuador reclama a Londres un salvoconducto para que Assange salga del país, algo que por el momento le niegan las autoridades.
El abogado del fundador de Wikileaks, el exjuez español Baltasar Garzón, recordó el domingo que el primer objetivo de su defensa es recibir una respuesta “formal” británica a la petición de salvoconducto
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