El Patogate
De acuerdo con la Coalición Movimiento Progresista, esas criaturas representan la más sucia y ruin estrategia de compra de voto.
Vianey Esquinca
El martes pasado, Andrés Manuel López Obrador
presentó a los medios de comunicación unos peligrosos delincuentes
electorales que fueron llevados de inmediato al Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación para ser juzgados. Se trata de El Chivo y El Cerdo, que también responde a los motes de El Puerco y El Marrano. Además de dos peligrosas bandas: Las Gallinas y Los Patos. Incluso se está investigando si Hermilo Martínez Vera alias El Pato,
presunto operador del cártel del Pacífico y a quien la Secretaría de la
Defensa Nacional capturó el viernes pertenece a este último grupo criminal .
De acuerdo con la Coalición Movimiento Progresista, esas criaturas representan la más sucia y ruin estrategia de compra de voto que realizó el PRI en las elecciones del 1 de julio y sólo hace falta verles la cara a estos delincuentes para darse cuenta de su peligrosidad.
Además, se tiene la sospecha de que estos animales no actuaron solos, por lo que la PGR ha emitido una alerta nacional e internacional y ha ofrecido una recompensa para aquellos que informen del paradero de otros criminales como son El Conejo, El Caballo y La Vaca, de quienes no se sabe su paradero, por lo que están en calidad de prófugos de la justicia electoral.
Sin embargo, diversos organismos han señalado que la investigación ha transcurrido con serias irregularidades. La Comisión Nacional de Derechos Animales levantó una denuncia de que presumiblemente los animales fueron torturados por judiciales para hacerlos declarar, pues aseguran que no se creyeron que sólo sabían graznar, cacarear o berrear. “Se violó su derecho constitucional al negarles un traductor”, señala la Comisión en un comunicado que emitió con motivo de la detención.
Ante la presión y la tortura, las primeras que confesaron fueron las gallinas, quienes aceptaron ser mapaches electorales. Sin embargo, posteriormente cambiaron su versión y ante los magistrados declararon que habían declarado bajo coacción porque las amagaron llevándolas a rendir su declaración ministerial a un restaurante de pollos rostizados.
Esta versión fue corroborada por uno de los animales detenidos, que pidió su anonimato por temor a las represalias, quien aseguró a esta columna que en el interrogatorio fueron amenazados con convertirlos en carnitas, barbacoa o asado si no cooperaban.
Entrevistado al respecto, uno de los judiciales reconoció: “Tuvimos que recurrir a la fuerza porque se querían pasar de listos. Por ejemplo, cuando entrevistamos al pato, éste sólo nos decía ‘cuak’ ‘¿Cómo que cuál? No te hagas pato y dinos todo sobre el fraude’. Lo mismo pasó con el cerdo: a la hora de las preguntas comenzó a decir ‘hoink, hoink, hoink’… supimos de inmediato que se trataba del famoso ‘hoy, hoy, hoy’ de Vicente Fox, lo que deja en claro que este marrano jugaba para ambos bandos y el borrego, ni se diga, nos quería confundir y decía ‘beeee, beeee’, pero el muy cabrón no nos decía a dónde. Resultaron ser muy mañosos”.
Todo indica que esa no fue la única acción coercitiva que vivieron estos animales. Los magistrados les ofrecieron impunidad si se acogían al programa de animales protegidos. Inmediatamente, haciéndole honor a su nombre, el chivo fue el primero que dio su declaración a cambio de que lo mandaran a vivir a una granja en Estados Unidos con una nueva identidad, que podría ser la de un gallo.
El escándalo levantó ámpulas en diversos grupos. La Sociedad Protectora de Animales emitió un comunicado de prensa contra la Coalición Movimiento Progresista que dice: “Expusieron a unos animales a la opinión pública y los trataron como delincuentes antes de que fueran juzgados. Debieron haber puesto algún efecto borroso para tapar sus rostros y esconder su identidad hasta que las autoridades determinaran su situación legal. Ahora esos pobres animales estarán estigmatizados en todas las granjas y ranchos a los que asistan. Exigimos respeto a los animales”.
La opinión pública está esperando saber cuál será la condena de los criminales electorales, mientras tanto, El Perro Bermúdez, El Caballo Rojas y El Perro Aguayo ya pusieron su barba a remojar, solicitando un amparo o pidiendo asilo político en Ecuador.
De acuerdo con la Coalición Movimiento Progresista, esas criaturas representan la más sucia y ruin estrategia de compra de voto que realizó el PRI en las elecciones del 1 de julio y sólo hace falta verles la cara a estos delincuentes para darse cuenta de su peligrosidad.
Además, se tiene la sospecha de que estos animales no actuaron solos, por lo que la PGR ha emitido una alerta nacional e internacional y ha ofrecido una recompensa para aquellos que informen del paradero de otros criminales como son El Conejo, El Caballo y La Vaca, de quienes no se sabe su paradero, por lo que están en calidad de prófugos de la justicia electoral.
Sin embargo, diversos organismos han señalado que la investigación ha transcurrido con serias irregularidades. La Comisión Nacional de Derechos Animales levantó una denuncia de que presumiblemente los animales fueron torturados por judiciales para hacerlos declarar, pues aseguran que no se creyeron que sólo sabían graznar, cacarear o berrear. “Se violó su derecho constitucional al negarles un traductor”, señala la Comisión en un comunicado que emitió con motivo de la detención.
Ante la presión y la tortura, las primeras que confesaron fueron las gallinas, quienes aceptaron ser mapaches electorales. Sin embargo, posteriormente cambiaron su versión y ante los magistrados declararon que habían declarado bajo coacción porque las amagaron llevándolas a rendir su declaración ministerial a un restaurante de pollos rostizados.
Esta versión fue corroborada por uno de los animales detenidos, que pidió su anonimato por temor a las represalias, quien aseguró a esta columna que en el interrogatorio fueron amenazados con convertirlos en carnitas, barbacoa o asado si no cooperaban.
Entrevistado al respecto, uno de los judiciales reconoció: “Tuvimos que recurrir a la fuerza porque se querían pasar de listos. Por ejemplo, cuando entrevistamos al pato, éste sólo nos decía ‘cuak’ ‘¿Cómo que cuál? No te hagas pato y dinos todo sobre el fraude’. Lo mismo pasó con el cerdo: a la hora de las preguntas comenzó a decir ‘hoink, hoink, hoink’… supimos de inmediato que se trataba del famoso ‘hoy, hoy, hoy’ de Vicente Fox, lo que deja en claro que este marrano jugaba para ambos bandos y el borrego, ni se diga, nos quería confundir y decía ‘beeee, beeee’, pero el muy cabrón no nos decía a dónde. Resultaron ser muy mañosos”.
Todo indica que esa no fue la única acción coercitiva que vivieron estos animales. Los magistrados les ofrecieron impunidad si se acogían al programa de animales protegidos. Inmediatamente, haciéndole honor a su nombre, el chivo fue el primero que dio su declaración a cambio de que lo mandaran a vivir a una granja en Estados Unidos con una nueva identidad, que podría ser la de un gallo.
El escándalo levantó ámpulas en diversos grupos. La Sociedad Protectora de Animales emitió un comunicado de prensa contra la Coalición Movimiento Progresista que dice: “Expusieron a unos animales a la opinión pública y los trataron como delincuentes antes de que fueran juzgados. Debieron haber puesto algún efecto borroso para tapar sus rostros y esconder su identidad hasta que las autoridades determinaran su situación legal. Ahora esos pobres animales estarán estigmatizados en todas las granjas y ranchos a los que asistan. Exigimos respeto a los animales”.
La opinión pública está esperando saber cuál será la condena de los criminales electorales, mientras tanto, El Perro Bermúdez, El Caballo Rojas y El Perro Aguayo ya pusieron su barba a remojar, solicitando un amparo o pidiendo asilo político en Ecuador.
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