martes, 21 de agosto de 2012

ELBA ESTHER Y LA CHIMOLTRUFIA


Por Ricardo Alemán.

chimoltrufiasEl famoso cómico Roberto Gómez Bolaños –mejor conocido como Chespirito– abonó a la cultura mexicana un personaje harto peculiar. Su nombre es "la Chimoltrufia" y se distingue porque "así como dice una cosa, dice otra".
 
Viene al caso recordar a la escandalosa mujer que por años encarnó Florinda Meza, porque en este momento, otra reconocida mujer de la política nacional parece seguir los pasos de la Chimoltrufia.

¿De quién hablamos?



De la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo.


Y es que todo indica que Gordillo se toma muy a la ligera lo que declara, y que –como la Chimoltrufia– así como dice una cosa dice otra.


En esta ocasión, el cuestionamiento a las declaraciones de "la maestra" no tiene que ver con los "dos mil 35 mil" maestros que –según ella– militan en el SNTE; tampoco tiene que ver con el ligero tropezón que le hizo confundir el fútbol con el béisbol... no.


En realidad, la declaración de Elba Esther que da origen a estas líneas es su efímero anuncio de retirada.


Apenas el domingo 19 de agosto, durante una reunión con sus colaboradores más cercanos, la profesora Gordillo anunció que 22 años le parecían suficientes y había llegado el momento de retirarse.


Sin embargo, luego que Milenio hizo pública la declaración, Elba Esther aprovechó los reflectores del regreso a clases para decir que el retiro no estaba en sus planes y seguiría al frente del Sindicato de maestros con la –según ella–, congruencia, mística y compromiso que la han distinguido.


Sin duda, algo no cuadra en esta ecuación. Es de llamar la atención que un domingo la maestra vaticine su retiro y el lunes recule y hable de otra temporada al frente del SNTE.


¿A quién habría que creer? ¿A la Elba Esther del fin de semana o a la del inicio de clases?


Como han dicho muchos en éste y otros espacios, el fracaso educativo se debe en buena medida al proceder mafioso e interesado de los sindicatos educativos. Resulta evidente que la dirigencia de SNTE no ha logrado desarticular los grupos de interés que han convertido a la educación en moneda de cambio y fuente –aparentemente– inagotable de riqueza.


Por eso, no estaría de más exhortar a la profesora Gordillo a reconsiderar su postura y quizá retomar el ímpetu del fin de semana. Y es que, al final del día –y luego de 22 años–, un cambio no vendría mal a la dirigencia magisterial.


¿A poco no?

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