miércoles, 15 de agosto de 2012

"Hasta la vista, baby"

R I C A R D O   A L E M á N 
Itinerario Político
"Hasta la vista, baby"

Todos son políticos profesionales. Todos tienen claro que su futuro político no puede depender de un líder locuaz, resentido y con evidentes signos de mesianismo.

Por eso, en distintos foros, encuentros, reuniones y cónclaves –algunos secretos--, hacen cuentas, calculan escenarios políticos y miden sus pasos y sus palabras, sobre todo en público.

Se trata de decenas --y acaso centenares--, de políticos de las llamadas izquierdas mexicanas --del PRD, PT y MC--, que tienden puentes, mandan mensajes, improvisan señales y estiran la cuerda y las manos, para alcanzar un punto de contacto con "los hombres del presidente".

Y no, no buscan a Andrés Manuel López Obrador, el fallido presidente de las izquierdas –quien, por cierto, ya prepara nueva proclama de presidente legítimo--, que insiste que la locuaz pretensión de que le regalen la Presidencia de la República, sea por la vía del chantaje, la presión callejera o la ilegalidad. No, las distintas corrientes y "tribus" de dizque izquierda viven un activismo casi frenético en busca de fuentes reales de poder, más allá de las fantasías que les promete desde hace una década su líder, el tabasqueño López Obrador.

En realidad las izquierdas van en busca de acercamientos, acuerdos, pactos y negociaciones con Enrique Peña Nieto, con cuyos estrategas intentan un diseño de cogobierno legislativo que –de concretarse--, le ayudaría al PRI en sus objetivos de lograr grandes reformas en el Congreso.

Pero no, que nadie se equivoque, el cambio de paradigma en buena parte de los políticos de las izquierdas no se debe a una conversión milagrosa y menos a una señal divina. No, los políticos profesionales de las llamadas izquierdas saben que de continuar la ruta suicida de Andrés Manuel López Obrador, sus carreras, su futuro y hasta sus respectivos patrimonios, se acabarán. Y no pocos de ellos ven, incluso, un riesgo real de terminar en prisión.

Y la gota que derramó el vaso fue la chabacana "expo fraude" que, desde el pasado domingo, montaron López Obrador y su claque en el zócalo capitalino. Allí se exhibe --a los ojos de todos y de cuerpo completo--, el engaño al que el ex candidato presidencial del "Movimiento Progresista", quiere llevar no sólo a los ciudadanos, en general, sino a los políticos, en particular. Allí se exhibe el tamaño de la patraña, del insulto y la ridiculización de la política.

Y claro, los políticos de las llamadas izquierdas podrán ser todo lo que se quiera y mande; podrán ser los más fervientes "lopezobradoristas", pero no son tarugos, tampoco ingenuos y menos bobos. No, ellos van por lo suyo; por la supervivencia. Y para ellos la prioridad es preservar su futuro político. O sea, su hueso.

Tragarse el cuento del fraude y la patraña de la "Expo fraude" --con la que AMLO y sus leales tratan de engañar a los ciudadanos--, es una misión suicida que los profesionales de la política --en los partidos de izquierda--, han dejado para la ingenuidad de los "ternuritas" del #132, que no entienden nada pero que convencidos van a todas; igual que los borregos corren felices al hoyo de barbacoa.

Por eso, por un reflejo básico de supervivencia, ya empezó el éxodo de políticos de las izquierdas --que dejarán el "Castillo de la Pureza", como se le conoce a la casa de trabajo de AMLO--, para dirigirse a Los Pinos, en donde despachará Enrique Peña Nieto. Y claro, por si existía alguna duda, buscarán "el bien de la patria", "el fin superior de la nación", el "beneficio de la gente"... toda esa grandilocuencia que los ciudadanos de a pie conocen con otras palabras, no tan rimbombantes pero harto claras; van por un hueso. Y claro, poco a poco dejarán solo "al loquito", como ya también motejan a AMLO.

Y el primero en marcar la ruta y dar la señal de partida, fue nada menos que Graco Ramírez, el gobernador electo de Morelos, quien dijo que ya no hay lugar para engaños y tomaduras de pelo y que es hora de reconocer el resultado electoral y pactar con el ganador. En otras palabras, que es el momento de decirle adiós a... ¡López Obrador!. Y la ruta de negociación, acuerdo y pacto con el PRI y con Peña Nieto, la exploran lo mismo "Los Chuchos", que "Los Bejaranos", que Marcelo Ebrard, que Arturo Núñez, que Miguel Ángel Mancera... casi todos los políticos de las izquierdas.

Y claro, en el discurso público refrendarán su lealtad al hombre, al líder y mesías; pero por lo bajo pactan, negocian, acuerdan con Peña Nieto. Claro, no todos, porque alguien tiene que seguir haciendo el ridículo. Y esa será la formidable tarea de "Los ternuritas" del #132, incautos que se creen todo y se tragan todo. Al tiempo.

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