Getty Images
El presidente de la Fed Ben Bernanke
Si usted cree en la veracidad de la
reciente avalancha de datos, si usted cree que la economía no se dirige a
una recesión, si usted piensa que puede salir ileso y, bueno, si su
nombre es Ben Bernanke, tiene entonces un dilema en sus manos.
El desempleo está alto, obstinadamente alto. El crecimiento de los
salarios está estancado. El PIB del segundo trimestre no fue bueno
(aunque es cierto que fue revisado al alza) y el tercer trimestre se
perfila como otro período en el que no se ganará velocidad.
No es que Bernanke se ha sentado sobre sus manos. Lejos de ello. El
presidente de la Fed ha mantenido las tasas de interés pegadas al suelo
desde hace ya cuatro años. Ya ha lanzado y cerrado dos enormes programas
de compra de bonos, QE1 y QE2. Y está ejecutando un nuevo programa
ahora mismo, la Operación Twist, vendiendo deuda a corto plazo y
comprando a largo plazo. Ha dirigido intercambios con bancos centrales y
abrió la ventanilla de descuento tanto como era posible.
Bernanke ha hecho mucho, muchísimo, y hay serias dudas sobre los beneficios de otro programa en comparación con los riesgos.
Ese último punto es la razón por la cual Bernanke ha sido tan
reticente a actuar. La mera sugerencia de que va a actuar ha sido
bastante efectiva últimamente —basta mirar el mercado de valores—, de
modo que ¿por qué apretar el gatillo cuando el mercado está satisfecho
con sólo saber que hay alguien que puede hacerlo?
He aquí el verdadero dilema: digamos que usted es el presidente de la
Fed. Lanzaría otro programa de QE en septiembre, incluso si no es
obviamente necesario; o esperaría hasta tener algo en el tanque en caso
que esas nubes de tormenta en el horizonte —la ruptura del euro, EE.UU.
dirigiéndose al precipicio fiscal— ganen velocidad y se transformen en
un aguacero justo sobre nuestras cabezas.
¿Intentaría adelantársele a los problemas y arriesgarse a desperdiciar valiosos recursos o esperaría?
"Ahora pensamos que lo más probable es que la QE3 será aplazada hasta
el año próximo", escribió Chris Low, de FTN Financial. Al menos algunas
personas en el mercado de bonos están de acuerdo, dado el aumento en el
rendimiento a 1,80% de los bonos del Tesoro a 10 años. También el
mercado del oro, el resguardo favorito de todo el mundo contra un dólar
débil se ha estancado en torno de los US$1.600 la onza.
El contexto en el que estamos se va a mantener en tanto creemos que
Bernanke va a esperar para apretar el gatillo cuando tenga la absoluta
necesidad de hacerlo. Si puede aguantar hasta que la economía dé un giro
hacia la recuperación, incluso mejor. Lo que significa que tendrá que
apelar a la fuerza de su autoridad tanto en la cumbre de Jackson Hob
como en la reunión del FOMC de septiembre.
Y ahora, ¿qué debe hacer el BCE? Esa es un asunto totalmente diferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario