viernes, 17 de agosto de 2012

La Fed no debería demorar una nueva relajación cuantitativa

Por NICHOLAS HASTINGS

El mundo no puede esperar señor Bernanke.
Mientras China falla en su recuperación, el crecimiento japonés nuevamente prueba ser funesto, e incluso los países centrales de la zona euro probablemente encaminados a una recesión en el segundo semestre, la economía mundial necesita más que nunca que Estados Unidos experimente una fuerte recuperación.
Y para que Estados Unidos lo haga, todos apuntan a la necesidad de que la Fed inyecte una mayor flexibilización cuantitativa, o QE.
Pero la Fed, o Bernanke, tiene dos problemas con esto.
imageReuters
Ben Bernanke
Primero, la Fed ya lo ha intentado en dos ocasiones previas y el banco central es reticente a probarlo nuevamente debido a que esta liquidez podría generar mayor inflación más tarde.

La Fed ha estado considerando la idea de una QE adicional durante la mayor parte del año, pero ha demorado cualquier medida en repetidas ocasiones con la esperanza de que su otro esfuerzo por estimular a la economía estadounidense, conocido como Operación Twist, cumpla con ese objetivo.
Bueno, ahora la Operación Twist está llegando a su fin y, quién lo iba a decir, la economía estadounidense está mostrando un poco más de resistencia, luego que los datos de ventas minoristas publicados el martes mostraran un casi impactante aumento del 0,8% el mes pasado.
Idealmente, a la Fed probablemente le gustaría ver si este incremento en la demanda de los consumidores se traducirá en más empleos, una de sus medidas clave de la recuperación.
Ciertamente, los mercados financieros comenzaron inmediatamente a descontar una demora en cualquier nueva operación de QE. Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense nuevamente subieron a niveles registrados por última vez a fines de mayo, al menos para los títulos a 10 años.
Además de los sólidos datos de ventas minoristas, existe otra razón por la que la Fed podría estar interesada en demorar una QE adicional: las elecciones en Estados Unidos.
Si relaja la política demasiado cerca del sondeo de noviembre, podría ser acusada de ayudar al presidente Barak Obama al intentar estimular la economía. Por lo que esperar hasta diciembre para lanzar una QE adicional ciertamente parecería ser una opción más atractiva para el banco central.
Pero una demora hasta ese entonces podría ser perjudicial, no solo para la economía mundial sino que para la de Estados Unidos.
La evidencia reciente sugiere que China, que previamente fue el motor del crecimiento mundial, continúa estancada, con su economía dependiendo aún demasiado de las exportaciones y con los mercados financieros esperando que Beijing relaje pronto la política.
Japón, que desde hace tiempo sufre de una deflación, no ha podido mostrar señales de una mejora sustentable y el Banco de Japón está considerando una vez más medidas adicionales para estimular el crecimiento.
Para Estados Unidos, es tal vez el constante flujo de noticias negativas provenientes de la zona euro lo que debería asegurar que la Fed no se ha vuelto complaciente sobre una QE.
Las nuevas cifras del PIB del segundo trimestre, publicadas esta semana, tal vez mostraron que Alemania sigue creciendo un poco más de lo esperado. Pero, debido a que la mayoría de los otros miembros de la eurozona siguen firmemente en recesión, y la crisis de deuda muestra pocas señales de una resolución anticipada, la posibilidad de que Alemania sea arrastrada a una recesión es cuestión de meses.
La propia Fed ha señalado por mucho tiempo que los problemas de la zona euro actúan como un lastre para la recuperación de Estados Unidos. Por lo que si quiere intentar asegurar que la crisis de deuda de la eurozona no se intensifique, y que Estados Unidos pueda reemplazar a China como el motor de la recuperación mundial, la Fed debería considerar tratar de acelerar su recuperación con la introducción de una flexibilización cuantitativa adicional en la próxima reunión del Comité de Mercados Abiertos en septiembre.

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