viernes, 24 de agosto de 2012

La izquierda indeseable


La izquierda indeseable

La izquierda indeseable es aquella que predica ideas que sabe falsas entre personas que sabe idiotas; la que manda al diablo a las instituciones de la República; la que pretende gobernar con recetas sacadas del bote de la basura de la historia; la que se dice progresista y rechaza las reformas estructurales.

Francisco Martín Moreno

La que pretende probar irregularidades electorales con animales de granja y tarjetas falsas; la que exige aumentos salariales de emergencia, cierra las fronteras e impone precios oficiales para destruir la economía, el comercio, el campo y la industria; la que regala un pescado en lugar de enseñar a pescar; la que organiza marchas callejeras de extracción fascista para impresionar y presionar a la autoridad y a la nación; la que sabe que en un país de “machos” el hecho de desafiar a la autoridad reporta enormes dividendos políticos; la que divide al pueblo entre ricos y pobres y estimula el incendio de la nación para luego traicionarla al no poder cumplir sus promesas.



La que tiene su propio encuestador que exprese su propia verdad; la que financia presupuestos públicos imprimiendo dinero fresco y se endeuda para no lastimar a la nación con incrementos tributarios; la que profesa una idolatría cuasi-religiosa especialmente eficaz en la manipulación de muchedumbres; la que nombra a un “Papá” político para construir un temerario autoritarismo; la que controla a las masas con emociones y no con argumentos; la que sabotea la operación del Poder Legislativo para evitar la promulgación de disposiciones contrarias a los intereses del pueblo, o sea, los suyos propios; la que toma la tribuna o impide los accesos de los representantes populares a sus respectivas cámaras para que no voten leyes que atenten en contra de sus objetivos políticos.


La que llama “pirruris” a quienes protestan por el secuestro, mutilación y muerte de los suyos; la que ataca a la prensa en forma abierta o encubierta cuando ésta exhibe sus dobleces y falsedades; la que esconde en sospechosos fideicomisos la corrupción de su gestión; la que propone que si diez roban a uno por el solo hecho de ser más les asiste la razón; la que para alcanzar sus metas políticas sugiere la adopción del papel de víctimas políticas a sus líderes para lucrar con el sentimiento de piedad del pueblo; la que lucra a toda costa con el hambre, la esperanza y la ignorancia de los desposeídos abusando de su ignorancia.


La que sabe que Lula fue un gran líder de izquierda y que rescató en 8 años a 28 millones de brasileños de la miseria y, sin embargo, no lo imita ni sigue su ejemplo; la que reverencia a Chávez y a Castro y homenajea a sátrapas como Kim Jong, de Corea del Norte; la que pretende evadir la ley con discursos airados en las plazas públicas; la que etiqueta como traidores, hambreadores y vendepatrias a quienes se opongan a sus políticas expropiatorias; la que se apoya en sindicatos oficiales, auténticas pandillas de líderes venales, como el SME, aunque tengan secuestrado al país; la que niega las reglas del mercado por oponerse éstas a las necesidades del pueblo.


La que entiende que a más hambre y miseria, mayores facilidades de manipulación populista; la que acusa sin pruebas; la que propone que “primero los pobres”, porque serán los primeros en ser pasados a cuchillo...

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