Pese a las recesiones europeas y las 
desaceleraciones en Asia, las exportaciones de Estados Unidos lograron 
llegar a un máximo récord en junio. De seguro, durarán poco en la cima. 
De acuerdo con el informe de la balanza comercial publicado el 
jueves, las exportaciones subieron un 0,9% a US$185.000 millones en 
junio. Junto con una caída del 1,5% en las importaciones, la mayoría 
vinculada a los menores precios del petróleo, el alza en los envíos al 
extranjero redujo de manera marcada el déficit comercial de los 
US$48.000 millones de mayo a US$42.900 millones. 
                
 Reuters
Reuters
            
La mejora del comercio es evidente en 
bienes solos, que constituyen la mayor parte de los flujos comerciales y
 corresponden a la totalidad del déficit de Estados Unidos. Incluso 
después de ajustes de precios, los envíos de mercancía estadounidense al
 extranjero alcanzaron un máximo al final de junio y el déficit 
comercial real cayó. 
Como la reducción de la brecha comercial en junio fue superior a lo 
que había estimado el Departamento de Comercio en su primera lectura del
 producto interno bruto del segundo trimestre, el informe comercial 
sugiere que el crecimiento del PIB real será revisado al alza desde su 
feble tasa inicial de un 1,5%. (Si bien parte de la fortaleza comercial 
será contrarrestada por un crecimiento más débil de los inventarios como
 se ha visto el jueves en los datos mayoristas de junio). 
Sin embargo, un análisis de los números de ingresos por exportaciones
 revela ciertas particularidades en las cifras de exportaciones de junio
 que es improbable que se repitan. 
Primero, como señalan economistas de IHS Global Insight, la mitad del
 avance en las exportaciones de bienes de consumo fue en las volátiles 
categorías de productos farmacéuticos y diamantes. 
Segundo, el oro no monetario contribuyó con un tercio del avance 
general de las exportaciones. Eso es una cuota grande si se considera 
que el oro representa menos de un 3% de todas las exportaciones de 
bienes. 
Más importante aun, fuera de los datos de un mes, las tendencias 
macro conspiran contra futuros máximos sin precedente de las 
exportaciones de Estados Unidos. La economía global está demasiado débil
 para sostener futuros avances. Además, el incremento en el dólar en lo 
que va del año terminará por socavar cualquier competitividad de precios
 que tengan los productores fabriles estadounidenses en el mercado 
global. 
No sorprende que las lecturas del Instituto de Gestión de Suministros
 y los informes regionales de la Fed sugieran que las exportaciones 
estadounidenses comenzarán a caer de su encumbrado pedestal en los 
próximos meses. Pero la escalada fue divertida mientras duró. 
 
 
 
 
 
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