jueves, 23 de agosto de 2012

Las víctimas del terremoto iraní culpan a su propio gobierno

Helle C. Dale




La fractura entre el gobierno autocrático de Irán y su pueblo se está agrandando cada vez más a consecuencia de los dos terremotos que golpearon el norte de Irán el pasado fin de semana.

La inadecuada respuesta de Irán está provocando críticas desde la región iraní de Azerbaiyán, en la que 16,000 personas están ahora sin hogar y el recuento oficial es ya de 306 muertos y más de 3,000 heridos.
Mientras los líderes internacionales de todo el mundo han ofrecido sus condolencias y su simpatía, el silencio por parte de su propio gobierno fue ensordecedor. El presidente iraní Mahmud Ahmadineyad voló en un viaje programado a Arabia Saudita, provocando que el periódico Asr-e Iran publicase en su editorial: “Mahmud Ahmadineyad, ¿dónde te has ido?”.

“En cualquier otra parte del mundo, la tradición indica que cuando sucedan desastres naturales, los líderes cambiarán sus planes y visitarán las áreas afectadas con el fin de mostrar su compasión…y observar las labores de rescate”, comentaba el editorial.
“¡Ahmadineyad!”, decía un oyente de Radio Farda. “Ahora que las personas han perdido sus vidas en la provincia de Azerbaiyán [Oriental], ¿realmente te merecía la pena abandonar el país y ser recibido con todos los lujos en Arabia Saudita y hablar sobre Bashar al-Assad?”.
Aunque el auxilio tras un desastre en áreas remotas siempre es una tarea difícil, los políticos locales iraníes y las víctimas del terremoto tienen mucho por lo que sentirse agraviados:
· Teherán declaró finalizadas las operaciones de rescate justo 48 horas después de los terremotos de magnitudes 6.3 y 6.4, mucho antes de que incluso se pudiera llegar a algunos pueblos remotos.
· Ningún medio de comunicación nacional informó sobre el desastre, en cambio continuaron con la cobertura olímpica y otros programas previstos. Las noticias del desastre, sobre la donación de sangre y las operaciones de auxilio se transmitieron a través de los medios sociales y mediante el boca a boca.
· Los ofrecimientos de ayuda internacional fueron rechazados inicialmente por Teherán y hay informes contradictorios respecto a si a la ayuda proveniente de organizaciones internacionales ha sido aceptada. La ayuda del gobierno de Estados Unidos fue deliberadamente rechazada; un alto cargo iraní comentó que si Estados Unidos quería realmente ayudar, se deberían levantar las sanciones (que tienen como objetivo el programa nuclear de Irán).
· Las organizaciones extranjeras de ayuda privada, como las que están activas entre los americanos iraníes, se ven dificultadas por la preocupación de que la ayuda sea desviada por el gobierno iraní y se gaste en respaldar a organizaciones terroristas como Hamás y Hizbolá.
Los terremotos de Irán han expuesto de nuevo las tensiones existentes dentro del país, causadas por un sistema político que no tiene en consideración los derechos humanos, las vidas o el bienestar de sus ciudadanos. No es su propio gobierno el que está luchando por llegar a las miles de víctimas que necesitan comida, atención médica y refugios mientras el otoño y el invierno se acercan; es el mundo exterior. Esta lección no será olvidada por el pueblo iraní.

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