Parte de guerra
Se propone que las leyes del mercado determinen el precio que deban pagar los particulares para explotar las concesiones.
José CárdenasNo existe un marco legal transparente para asignar concesiones. El gobierno las otorga discrecionalmente y las negociaciones entre funcionarios y empresarios suelen ocurrir bajo la mesa.
Queda claro.
Los ciudadanos de a pie rara vez nos enteramos de cómo y por qué se otorgan tales permisos para explotar un bien que nos pertenece a todos… aunque beneficie a pocos.
Estamos atrapados en un juego de sombras.
“Hay que aprovechar el pleito MVS-Presidencia como una oportunidad para revisar el sistema legal en materia de medios, a favor de la competencia y la defensa del derecho de las audiencias y los comunicadores”, comenta la periodista Carmen Aristegui, atrapada también en la discordia.
La disputa de la banda 2.5 resulta un buen ejemplo de los criterios políticos utilizados como arma o amenaza… como moneda de cambio o instrumento de favores y chantajes.
Pone en claro que la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) carece de autonomía y dientes para cumplir su función normativa… que está secuestrada por los intereses políticos.
El analista Raúl Trejo Delarbre muestra un ejemplo. Cuestiona las razones de la Cofetel para autorizar la venta de frecuencias a las empresas Telefónica y Telcel mediante el pago de cinco mil 68 millones de pesos cuando por un segmento de espectro idéntico el precio pagado por Televisa y
Para evitar suspicacias, algunos proponen que las leyes del mercado determinen el precio que deban pagar los particulares interesados en explotar las concesiones.
Pero eso no basta.
Son necesarias nuevas reglas que garanticen la transparencia y brinden certeza a quienes pretenden participar en el negocio de las telecomunicaciones… y para frenar la hegemonía descontrolada de la “mediocracia” (el poder de los medios).
Hasta ahora, la ley “guanga” ha provocado acuerdos perversos… y así todos perdemos.
El tema es de urgente revisión en el Congreso… aunque por ahora haya instrucciones “de arriba” para evitarlo.
MONJE LOCO: A cien días de dejar la Presidencia, Felipe Calderón afirma haber hecho su mejor esfuerzo para que los mexicanos podamos vivir mejor. Veamos cómo pegó tal esfuerzo en el bolsillo de los mexicanos: en seis años, el arroz subió 64.9%; el frijol 104.2%; la tortilla 61.5%; el azúcar 47.2%; el agua embotellada 24.3%; la carne 42.7%; la gasolina 52.9%… y del huevo ni hablar… mejor nos ponemos a dieta o lo cambiamos por atún, como propone el secretario de Economía, Bruno Ferrari. Lo único que el gobierno calderonista pudo bajar fue el poder adquisitivo del salario, 18.3 por ciento. Nada más.
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