miércoles, 22 de agosto de 2012

Por qué EE.UU. sería arrastrado a una guerra si Israel ataca a Irán

Por qué EE.UU. sería arrastrado a una guerra si Israel ataca a Irán

Printer-friendly versionSend to friendpor Malou Innocent y Ehud Eilam

Malou Innocent es analista de política exterior del Cato Institute.

Ehud Eilam trabajó en el Ministerio de Defensa de Israel y se especializa en el Oriente Medio y en la doctrina militar israelita.
El Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu ha dicho que Hezbollah —la organización político-terrorista basada en Líbano, respaldada por Irán— fue responsable del bombardeo suicida en Bulgaria que mató a cinco turistas israelitas. En medio de las continuas amenazas por parte de EE.UU. e Israel de atacar las instalaciones nucleares de Irán, el bombardeo provoca una preocupación crítica acerca del potencial conflicto: una Hezbollah muy capacitada, junto con Irán, probablemente atacaría en represalia —y no solamente en Oriente Medio— arrastrando a EE.UU. hacia otro sangriento conflicto de larga duración en el mundo musulmán, algo que no necesita. Ese escenario debería hacer que aquellos que proponen una guerra con Irán lo reconsideren.

Los libaneses cansados de la guerra no quieren que su país se convierta en otro campo de batalla en contra de Israel. Hezbollah también arriesgaría aislar a sus seguidores, que son predominantemente shiítas. Pero los lazos ideológicos y financieros entre los líderes más importantes de Teherán y Hezbollah podrían superar tales consideraciones, especialmente en caso de que se realice un ataque israelí o uno israelí-estadounidense a otros musulmanes en Irán.
Los líderes iraníes —en peligro de perder un aliado vital en Siria— puede que no arriesguen la caída de otro Estado cliente en una confrontación con Israel. Pero eso está lejos de ser algo seguro. Funcionarios estadounidenses actuales y anteriores recientemente le dijeron al Washington Post que si Israel ataca a Irán, la red global de Hezbollah lanzarían más ataques terroristas. Un conflicto con múltiples fronteras podría desatarse en EE.UU. Si Israel empieza una guerra con Irán que es incapaz de terminar, Israel podría dejar el esfuerzo mayor a EE.UU. mientras que defiende sus propias fronteras en contra de Hezbollah.
Conforme el presidente Barack Obama dijo a principios de este año, “Nosotros protegemos a Israel”. Por un lado, la cooperación histórica —y creciente— de EE.UU. con el estado judío constituye un compromiso duradero con la seguridad de Israel. Por otro lado, la naturaleza impredecible de cualquier potencial conflicto resalta la importancia de la diplomacia estadounidense con el patrón de Hezbollah, Irán.
Los Guardias Revolucionarios de Irán están acusados de entrenar a Hezbollah desde que surgió a principios de los ochenta. El grupo eventualmente se consumó lanzando sofisticados ataques de estilo guerrilla en contra de las unidades de las fuerzas armadas israelitas. Hoy, el Departamento de Defensa de EE.UU. estima que Hezbollah recibe entre US$100 y US$200 millones al año de Teherán, además de entrenamiento, armas y otro tipo de asistencia.
De acuerdo al récord histórico, es poco probable que Hezbollah permanezca al margen. En la “Operación uvas de la ira” de 1996, el grupo puso a prueba el masivo poder de fuego de Israel tanto en el aire como en tierra, con cientos de ataques con cohetes en territorio israelí. En el verano de 2006, luego del secuestro de dos soldados israelíes, las Fuerzas de Defensa Israelitas (IDF, por sus siglas en inglés) lanzaron ataques por aire y por tierra sobre Líbano y Hezbollah utilizó señales de inteligencia en tiempo real para tenderle una emboscada a los comandos israelitas y disparó más de 4.000 cohetes al norte de Israel, una de los ataques más serios al estado judío. Ni Israel ni Hezbollah lograron una victoria decisiva. Un impasse entre el cliente de EE.UU. y el de Irán se podría dar nuevamente.
Conforme Hezbollah ha evolucionado de realizar incursiones estilo guerrilla a realizar ataques convencionales, el grupo ha expuesto las debilidades convencionales de Israel, pero también le ha dado a Israel una oportunidad para corregir sus errores. Hezbollah se podría enfrentar a ataques masivos por tierra y desde el aire. No obstante, los líderes en Washington y en Tel Aviv también tienen una historia problemática por subestimar a sus adversarios.
De hecho, falta un análisis riguroso de las actuales tácticas y capacidades militares de Hezbollah. El año pasado, Hezbollah desenmarañó exitosamente la red de espías de la CIA en Líbano, identificando y capturando a espías estadounidenses que habían infiltrado los rangos de Hezbollah. Poco se sabe acerca de este grupo desde la guerra de 2006. La embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, Susan Rice, ha sugerido que Siria colabora con Irán para darle a Hezbollah más armas. Las IDF consideran que Hezbollah posee misiles de largo rango y de superficie al aire, además de sistemas de defensa aérea hechos en Rusia. Adicionalmente, se estima que el grupo tiene una base para lanzar ataques con más de 10.000 soldados y entre 60.000 y 80.000 misiles y cohetes.
Hezbollah seguramente se enfrentaría a ofensivas torrenciales de los israelitas por tierra y desde el aire. Pero la posibilidad de cualquier conflicto podría resultar en un pírrico punto muerto es preocupante, no solo para Israel sino también para EE.UU.
A lo largo del último año, los líderes estadounidenses han aumentado las tensiones con Teherán mientras que han hecho poco para asegurar a los israelitas reacios a depender de EE.UU. Tocar los tambores de guerra podría significar la condena como una forma de presión psicológica. Si Israel ataca Irán y Hezbollah lanza misiles a las calles israelitas, EE.UU. podría ser arrastrado a un conflicto con un enemigo guerrillero y capaz acerca del cual sabe muy poco.

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