Kevin Connolly
Por muchos años, Beirut ha
constituido un punto privilegiado desde el cual periodistas y analistas
han observado y reportado las noticias del Medio Oriente.
Ahora, de repente, está de nuevo en las noticias, por vez primera en un tiempo largo.Todo comenzó cuando rebeldes en Siria detuvieron a un chiita libanés, Hassan al Meqdad, y lo acusaron de ser un miembro del grupo militante chiita Hezbolá que había entrado al país a luchar por el gobierno del presidente Bashar al Asad.
Meqdad, sin embargo, es miembro de un clan chiita, fuertemente armado, que tiene intereses en el contrabando al este de Líbano. Éstos se hallan determinados a traer a su hombre de vuelta
Han capturado a decenas de musulmanes sunitas en Líbano, incluyendo a varios que acusan de pertenecer al Ejército de Liberación Siria.
Uno de los cautivos dice que es un capitán responsable del transporte de suministros a través de la frontera con Siria.
La lógica sectaria
El clan de Meqdad -como muchas personas en el Líbano- ven el conflicto sirio a través del prisma del sectarismo.Pueden señalar a otros ejemplos de chiítas -tanto libaneses como iraníes- que han sido capturados y mantenidos cautivos en Siria.
Su remedio es simple: tomar rehenes sunitas en Líbano.
Al menos cuatro estados del Golfo Pérsico están suficientemente preocupados como para decirles a sus ciudadanos que salgan de Líbano.
Se trata de países musulmanes sunitas que apoyan el levantamiento en Siria -por lo que el clan de Meqdad considera legítimo tomar como rehenes a sus ciudadanos como un medio de ejercer presión sobre los rebeldes.
Al parecer, Turquía, que está acogiendo y apoyando a una importante cantidad de rebeldes, está particularmente en la mira del clan -uno de los rehenes es un turco y han amenazado con matarlo si Hassan al Meqdad sufre algún daño en Siria.
Exportación de la crisis
¿Es éste el momento en que la crisis siria se vuelca hacia la región en general, exportando así sus peligros e inestabilidades?Nadie lo sabe a ciencia cierta, por supuesto, pero, al parecer, existen razones para desear que no vaya a ser así.
"Durante décadas, Líbano ha sido un amortiguador para Siria"
Rami Khouri
Ha habido enfrentamientos entre grupos étnicos rivales de Líbano en momentos de particular tensión en la crisis de Siria.
Y, por supuesto, el ejército sirio ocupó parte de Líbano durante 30 años desde 1976, con lo que ejercieron una influencia enorme sobre la vida política del país.
Rami Khouri, uno de los periodistas y analistas políticos más influyentes de Beirut, dicen que en el exterior se debería ver esta última ronda de toma de rehenes en el contexto de esa larga y tensa relación, en lugar de sólo en el contexto de la guerra civil en Siria.
"El problema de desbordamiento está ahí y la situación actual ha agravado los problemas", me dijo.
"Pero eso es realmente porque, durante décadas, Líbano ha sido un amortiguador para Siria. Eso no comenzó con esta crisis".
Intentos de mediación
Los dramáticos llamados a los ciudadanos de los estados del Golfo a abandonar Líbano y la repentina escalada de la crisis de rehenes han puesto de relieve el enlace de los libaneses con la crisis, pero es importante tener en cuenta que el clan de Meqdad no está exigiendo nada más allá de la liberación de su hombre en Siria.La situación podría resolverse mediante un intercambio de prisioneros -los posibles intentos de mediación ya están en marcha.
Hubo especulaciones de que Damasco, para desviar la atención, podría organizar algún tipo de ataque en las Alturas del Golán, territorio históricamente sirio ocupado por Israel desde que fue capturado durante la Guerra de los Seis Días en 1967.
O podría aumentar el flujo de armas a Hezbolá, la milicia chiita en el sur de Líbano, la cual tiene la capacidad de atacar a Israel desde el norte.
Hasta ahora, sin embargo, esas cosas no han sucedido -y mientras el ejército sirio se estanca más en la lucha contra los rebeldes, menos energía tendrá para esa clase de aventuras de distracción.
La crisis de los rehenes es grave -y la amenaza al prisionero turco del clan de Meqdad producirá una profunda ira en Turquía.
Pero hay razones para esperar que los problemas puedan ser contenidos y que, al menos por ahora, la crisis en Siria se mantenga más o menos confinada dentro de sus propias fronteras.
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