Por Johan Norberg
El movimiento anti-globalización fue inaugurado en Seattle en 1999, cuando miles de activistas y sindicalistas protestaron contra una nueva ronda de negociaciones de la Organización Mundial del Comercio. Millones de personas fueron arrastradas a estas protestas debido a la declaración de principios en contra de la OMC que fue distribuida en el Internet y firmada por alrededor de 1.500 grupos diferentes, desde iglesias hasta militantes comunistas. La primera denuncia contra la OMC en la declaración afirma que el libre comercio y la globalización:
han contribuido a la concentración de la riqueza en las manos de unos pocos ricos; han incrementado la pobreza de la mayoría de la población del mundo; y mantienen patrones insostenibles de producción y consumo”.La pobreza también es uno de los grandes temas cuando uno lee a los escritores y teóricos anti-globalización. Su visión es que la globalización está haciendo al rico más rico y al pobre más pobre. Si esta es su principal preocupación, entonces definitivamente deberían cambiar de opinión sobre el proceso globalizador si recibieran información nueva que no sólo muestra que la globalización no está aumentando la pobreza, sino que de hecho es una manera eficiente de reducir la miseria humana. Eso es lo que voy a exponer en este ensayo, y también presentaré el debate actual en términos de medidas de pobreza. ¿Qué ha sucedido con la pobreza en esta era de globalización, y por qué?
¿Relativa o absoluta?
Para empezar, debemos definir a qué nos referimos cuando hablamos de pobreza. A menudo se presenta la discusión sobre si la pobreza absoluta o relativa es la medida más relevante. La pobreza absoluta no es una medida de miseria, sino de inequidad. En lugar de medir qué tan pobre es una persona, esta medida nos dice qué tan pobre es ese individuo en relación con otros. Una medida de pobreza frecuentemente utilizada por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas califica a una persona como pobre si gana menos de la mitad de un salario promedio en el país en que vive. Eso significa que una persona que es catalogada como “acaudalada” cuando vive en un país pobre como Nepal, sería considerada tan pobre como un ratón de iglesia si viviera en el rico Estados Unidos. Estos datos relativos, consecuentemente, no pueden ser comparados internacionalmente.