Uruguay: ¿Por qué estamos prisioneros?
El País, Montevideo
Hay una fecha contemporánea que debería
inscribirse en nuestra historia como una de las mayores derrotas
nacionales. Algo así como la hecatombe artiguista en Tacuarembó, en
1820, cuando sucumbió su sueño de una federación de provincias libres.
Esa fecha es el 2 de octubre de 2006, el día en que el gobierno
uruguayo presidido por el Dr. Vázquez definitivamente cerró toda
negociación de un Tratado de Libre Comercio con los EE.UU. y,
eufemísticamente, anunció que buscarían otras formas de
relacionamiento. Sin advertirlo la generalidad de la ciudadanía,
quedamos prisioneros de la arbitrariedad de los gobiernos argentinos.
Esta consecuencia, que entonces no se quería ver, hoy la padecen en
carne propia los miles de trabajadores que han ido quedando sin trabajo
en talleres de confección, fábricas de automóviles o imprentas,
instalados al amparo de la realidad jurídica del Tratado de Asunción,
que disponía -y dispone aún en la letra- que las mercaderías circularan
libremente entre los miembros del Mercosur.