Matías Zibell

Los Juegos de Berlín 1936 fueron ganados por el país anfitrión, pero Jessie Owens se llevó la gloria.
El declive de una potencia, el surgimiento de otra.
Ese pensamiento volaba sobre el estadio de Pekín
el 24 de agosto de 2008. Lo reproducían en sus reportajes algunos
periodistas deportivos, lo multiplicaban en su mente miles de
espectadores que observaban la ceremonia de unos Juegos que tenían a
China por primera vez en su historia en lo alto del medallero.