Los avances del programa nuclear de Irán avivan el riesgo de un ataque
La ONU cree que Teherán ha elevado su capacidad de enriquecer uranio
Antonio Caño
Washington
La posibilidad de una acción militar contra Irán, incluso antes de las elecciones norteamericanas, ha aumentado considerablemente tras la revelación de nuevos datos que parecen probar que ese país ha aumentado la producción
de combustible nuclear que podría ser utilizado para la construcción de
armas atómicas. Estados Unidos sigue creyendo que ese peligro no es
todavía inminente, pero el Gobierno israelí considera que es urgente frenar la nuclearización de Irán por cualquier medio.
“Ayer mismo recibimos pruebas de que Irán continúa acelerando su trabajo
para conseguir armas nucleares y está ignorando por completo las
exigencias internacionales”, declaró el primer ministro israelí,
Benjamin Netanyahu,
tras conocerse las informaciones de que Irán ha instalado centenares de
nuevas centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio y está
protegiendo sus instalaciones nucleares secretas para burlar la
vigilancia internacional.
La agencia nuclear de la ONU —el Organismo Internacional de
la Energía Atómica (OIEA)— publicará la próxima semana, según han
anticipado el diario The New York Times
y la agencia Reuters, un informe en el que recoge la instalación de las
centrifugadoras en la base militar de Fordo, cerca de la ciudad de Qom,
en unas instalaciones subterráneas que se suponen a salvo de cualquier
tipo de ataque desde el aire.
Los expertos alertarán, igualmente, según los medios
citados, de que eso forma parte de un esfuerzo de las autoridades
iraníes por acelerar el enriquecimiento de uranio al nivel del 20%, un
grado que deja a Teherán muy cerca del adecuado para la construcción de
armas atómicas. El Gobierno iraní ha sostenido siempre que necesita esa
pureza del uranio con fines médicos y ha negado que tenga un propósito
militar.
Esta revelación coincide con la estancamiento de las
conversaciones que las potencias internacionales han sostenido en los
últimos meses con Teherán y con una creciente sensación de que no hay
forma de resolver este asunto por medios diplomáticos. El grupo que
negocia con Irán –EE UU, China, Rusia y la Unión Europea- ofreció
recientemente una propuesta para enriquecer el uranio fuera de Irán,
pero nunca obtuvo una respuesta clara. Ayer mismo, representantes del
Gobierno iraní se reunieron en Viena con funcionarios del OIEA, que
quieren inspeccionar diversas instalaciones iraníes sospechosas, sin que
se llegase a acuerdos concretos.
Se va imponiendo la idea de que Irán está tratando de ganar
tiempo mientras avanza en su programa nuclear, con la convicción de que
no se producirá un ataque contra sus plantas antes de las elecciones
del 6 de noviembre en EE UU. El jefe de los inspectores de la OIEA,
Herman Nackaerts, ha pedido, para poner a prueba la buena voluntad de
Irán, según Reuters, acceso a la base militar de Parchin, donde se cree
que los científicos iraníes han realizados pruebas de explosivos que se
requieren para la construcción de armas nucleares.
Todo esto ha colmado desde hace tiempo la paciencia de Israel, donde
las voces a favor de una acción militar, encabezadas por el propio
Netanyahu y por su ministro de Defensa, Ehud Barak, se sienten cada día
con más autoridad para reclamar el bombardeo de algunas instalaciones.
El principal muro que contención que esa corriente ha
encontrado hasta ahora ha sido la Administración de EE UU, donde aún se
considera precipitado el recurso a la fuerza. Incluso después de la
última advertencia de la OIEA sobre la aceleración del programa nuclear,
fuentes de los servicios secretos norteamericanos citadas por The New York Times
consideran que Irán está todavía a meses de distancia, quizá años, de
desarrollar una cabeza nuclear que pueda ser transportada en un misil.
En contra de la opinión de Netanyahu, el presidente Barack
Obama ha sostenido hasta ahora que los esfuerzos diplomáticos no han
sido agotados aún, y que todavía hay tiempo para darle una oportunidad a
la negociación.
El primer ministro Israel ha encontrado ahora un aliado a su causa en Washington: el candidato presidencial republicano, Mitt Romney ,
que criticó la posición de Obama el mes pasado tras reunirse en
Jerusalén con Netanyahu. A poco más de dos meses para las elecciones,
Obama no querrá aparecer ante la opinión pública norteamericana como
débil en la protección de Israel, el gran aliado de EE UU en Oriente
Próximo, lo que complica su posición y abre una posibilidad para un
ataque a corto plazo.
Otro argumento a favor del tándem Netanyahu-Romney es el de que no
está funcionando del todo el aislamiento de Irán pretendido por Obama.
El hecho de que las autoridades iraníes hayan sido capaces de instalar
nuevas centrifugadoras es una prueba de ello. Otra es la reunión que el
Movimiento de Países No Alineados celebrará la próxima semana en
Teherán, con la asistencia del secretario general de la ONU, Ban
Ki-moon.
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