viernes, 17 de agosto de 2012

Cómo no ser comido cuando los dinosaurios escapen de sus jaulas

Cómo no ser comido cuando los dinosaurios escapen de sus jaulas

Los riesgos de avanzar demasiado rápido al ocupar televisoras, y "sugerencias para el buen radical" que está en el largo camino

Por Al Giordano

La asamblea que este domingo celebraron organizaciones sociales mexicanas en Atenco alcanzó varios acuerdos para las acciones en contra del fraude electoral del 1 de julio y la industria mediática que lo promovió. A pesar de que muchos medios de comunicación -oficiales y “alternativos”- han afirmado que el movimiento estudiantil #YoSoy132 anunció estas acciones, la asamblea que forma el cuerpo de gobierno del movimiento tendría que reunirse primero y decidir si participa como movimiento en ello. Las propuestas incluyen:
• El viernes 27 de julio una “ocupación o bloqueo” (que se decidirá en cada lugar ese mismo día en base a la “correlación de fuerzas”, medida en el momento) de las sedes de Televisa, coincidiendo con el primer día de transmisiones de los Juegos Olímpicos. • El 1 de septiembre marcha al Tribunal Federal Electoral, que tiene hasta el 6 de septiembre para ratificar los resultados de las elecciones.
• El 6 de septiembre, ocupación de edificios, bloqueos de carreteras y la liberación de casetas en las carreteras federales permitiendo que los vehículos pasen sin pagar.
• En los días de la independencia nacional, 15 y 16 de septiembre, reunirse en las plazas de ciudades y pueblos en todo el país a gritar “¡Viva México sin el PRI!”
• El 1 de diciembre, la fecha prevista para la toma de posesión del próximo presidente en el Congreso, una valla humana para impedir el acceso al edificio.
La elección de objetivos y, sobre todo el enfoque en la verdadera sede del poder, la televisora más grande del país, es inteligente. Es el destino lógico ahora que el movimiento #YoSoy132 ha puesto la cuestión de la democratización de los medios de comunicación en la agenda pública.
Sin embargo, la convocatoria de “ocupar o bloquear” Televisa el 27 de julio deja sólo doce días para que los participantes se preparen. La falta de una cuidadosa planificación, preparación y capacitación para llevar a cabo esa ambiciosa iniciativa, por lo general conduce a consecuencias no deseadas. Por ejemplo, dado que las señales de televisión tienen licencia federal, el gobierno de Felipe Calderón tiene todo el pretexto que necesita para desplegar a la policía federal o incluso a las Fuerzas Armadas para “proteger” las instalaciones de televisión de una amenaza percibida, y movilizar a la totalidad de su aparato mediático aliado para mostrar dicha acción como un ataque a la “libertad de prensa.” Doce días es tiempo insuficiente para la educación pública necesaria para contrarrestar el inevitable giro.
Recuerden que cuando la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) tomó la televisión estatal en el verano de 2006, fue una acción llevada a cabo exclusivamente por mujeres-que resultaron particularmente adeptas a la coacción violenta- y tenía el elemento sorpresa. La toma del Canal 9 no fue anunciado de antemano. Al anunciar una fecha de antelación (el intento de movilizar a los participantes a través de los medios de comunicación suele ser la aceptación de que la madurez de la organización aún no está a la altura de la tarea en cuestión) priva a esta convocatoria de las mismas ventajas que las mujeres oaxaqueñas tenían cuando lograron ese triunfo.
Todo esto puede rápidamente salirse de las manos del naciente movimiento #YoSoy132 y probablemente el único foro donde se podría mejorar el plan es en la asamblea interuniversitaria planeada días después de la acción del 27 de julio: El fin de semana del 28 y 29 de julio en Morelia, Michoacán.
Otro problema para #YoSoy132 es que los medios de comunicación mexicanos ya está hablando de estas acciones como parte del mismo movimiento. #YoSoy132 está ahora en riesgo de ser responsabilizado por lo que “salga mal” el 27 de julio o en otras acciones aprobadas por las organizaciones e individuos en Atenco, sobretodo si no se adhieren estrictamente a las directrices #YoSoy132 ya establecidas de actuar sólo “en paz y sin agresiones.”
Mientras todo el mundo contempla el de pronto acelerado calendario, podría ser importante dar un paso atrás y mirar el panorama total de lo que está sucediendo en México en este momento. Y especialmente para saber por qué los cuatro meses y medio previos a que esté programado que Peña Nieto asuma el cargo el 1 de diciembre, cuando el gobierno de Felipe Calderón busca pretextos para llevar a cabo una “represión de limpieza” en nombre de la próxima administración, especialmente están llenos de peligros.
Panorama general
Se trata de un fraude anunciado mucho antes de que se emitiera un solo voto. Millones de ciudadanos de México, y aún más en todo el mundo, sabían que después del robo electoral de 2006 (y el de 1988 antes) que no pudo ser revertido, una historia repetida se avecinaba en el futuro inmediato. En el mes de mayo, esta visión compartida se convirtió en el agente de unión que unificó a gran parte de la juventud mexicana en un movimiento que llegó a conocerse como YoSoy132 (la génesis de lo que se ha reportado ampliamente en estas páginas: ver En México, finalmente una revuelta contra los medios de comunicación del 1 de junio).
La elección llegó y se fue, y los pilares de apoyo del actual régimen fraudulento con Felipe Calderón como “presidente” se han vuelto a montar rápidamente para apuntalar a su nueva figura, Enrique Peña Nieto, cuya ascensión al trono está prevista para el primero de diciembre.

Un artista (nombre desconocido) trajo ésta imagen a la marcha contra la imposición de Enrique Peña Nieto al Zócalo de la ciudad de México.Cabe remarcar que el copete del tiranosaurio corresponde al del candidato del PRI.
El verano por delante estará marcado por lo que ya es una rutina de baile en el que el dos veces ganador, el candidato Andrés Manuel López Obrador (AMLO), trata de invalidar los resultados. Y como en 2006, a pesar de los miles de documentos, fotos y otras pruebas que muestran cómo millones de votos fueron robados o ilegalmente añadidos a la cuenta, las instituciones ratificarán el fraude, mientras que los medios de comunicación -dirigidos por el duopolio televisivo de Televisa y TV Azteca y sus encuestadores mercenarios- utilizarán todos los trucos sucios para confundir y desmoralizar la opinión pública a aceptar este robo a gran escala, o por lo menos creer que no se puede hacer nada al respecto. El fraude ya está consumado. Ya es oficial. Y eso significa que todo ha cambiado para los millones de buenas personas que no aceptan la imposición de Peña Nieto como legítima o como el resultado de una elección “democrática.”
En un país donde 80 mil mexicanos han sido asesinados o han desaparecido en los últimos cinco años y medio, y que sigue marcado por las masacres y guerras internas que el Partido Revolucionario Institucional Peña Nieto (PRI) cometió durante su primeros setenta largos años de dominio absoluto en el poder (1929-2000), México ha entrado en una época verdaderamente peligrosa de su historia. La siguiente etapa está particularmente llena de riesgos para los millones que se oponen al último crimen contra la democracia. Porque si bien es humano tener ganas de gritar, llorar, romper cosas y ventilar la profunda y legítima ira y la rabia que provoca este robo, el sistema ya ha anticipado una oposición creciente y ha construido las trampas y los callejones sin salida para reprimir y cooptar estas expresiones de dolor y protesta.
El secuestro, tortura y asesinato de dos comuneros en Cherán, Michoacán en la última semana -un pueblo que se ha organizado con valentía contra la tala ilegal, pero protegida, del crimen organizado que roba madera en sus tierras- sigue con exactitud la secuencia de hechos en un año electoral. En este momento, el Estado mexicano está buscando pretextos para reprimir lo más posible antes de que Enrique Peña Nieto asuma el cargo en diciembre, y Felipe Calderón -cuya inclinación por hacer la guerra a sus propios ciudadanos ya está bien establecida- con mucho gusto le hará ese favor a Peña Nieto.
Eso es lo que el PRI ha hecho siempre, y lo que el PAN, después de doce años en el poder, ha aprendido a hacer muy bien: corromper y cooptar a todo lo que pueda, y golpear a todos lo que se niegan a ser asimilados o a callarse la boca.
Recuerden que hace seis años, cuando Calderón era el candidato presidencial que buscaba bloquear la ruta de López Obrador a la presidencia ¿quién vino en su ayuda? Fue el mismo Enrique Peña Nieto, entonces gobernador del Estado de México. Dos meses antes de las elecciones de julio de 2006, el 1 de mayo, la Ciudad de México fue sede de una de las marchas más masivas de su historia. Los sindicatos -tanto los alineados con el estado como los independientes- llevaron a cabo su habitual marcha de los trabajadores del Primero de Mayo: esta vez fueron acompañados por la Otra Campaña zapatista, que habían unido a la izquierda no electoral en todo el país. La imagen del subcomandante Marcos por el Paseo de la Reforma, custodiado por los veteranos de la exitosa lucha de Atenco en contra de un aeropuerto internacional con sus machetes en alto, en medio de una multitud que incluía también a gran parte de la izquierda electoral era algo digno de contemplar. Esa tarde, la ex presa política, estratega y matemático Raquel Gutiérrez Aguilar comentó a este reportero, mientras observaba el gigantesco río de manifestantes que pasaba, que la escena parecía “irreal” y que no podía creer que el Estado se quedaría impávido mientras la correlación de fuerzas alcanzara a una masa crítica que terminara con su poder. Estaba en lo cierto. Cinco días después, el entonces gobernador Peña Nieto envió a su policía estatal a Atenco para cometer uno de los crímenes más atroces contra la libertad de expresión y los derechos humanos en la historia de un país con muchas historias similares. La policía golpeó brutalmente y detuvo a cientos de pobladores y miembros de la Otra Campaña, violó en grupo a muchas mujeres en los autobuses donde ponen a los detenidos, y dos jóvenes perdieron la vida.
El baño de sangre de Atenco en 2006, más allá del dolor humano y los daños que Peña Nieto había ordenado, fue también un espectáculo mediático. El entonces candidato Calderón se apoderó de él -respaldado por el duopolio televisivo de Televisa y TV Azteca- para retratar a las víctimas de este ataque como hordas violentas que una mano fuerte de ley y orden detendría. Lanzó una campaña publicitaria de televisión llamando a López Obrador “un peligro para México”, y se presentó como el hombre para establecer el orden. Desde entonces, Calderón le ha debido a Peña Nieto el reembolso de ese favor, lo que también estableció el escenario para el fraude electoral de ese año, que entregó a Calderón la presidencia. El asesinato de los dos comuneros de Cherán la semana pasada fue el primer pago de esa deuda.
Los dinosaurios andan sueltos
Entonces, ¿qué es lo que un ciudadano promedio que quiere cambiar esta terrible situación puede hacer a la hora que el Estado esté buscando excusas para apagar tanto movimiento social, movilización y capacidad organizativa como sea posible durante los próximos cuatro meses? No debemos olvidar que el clima post electoral también está tradicionalmente enrarecido.
Otra historia edificante de hace seis años se produjo en el estado de Oaxaca, donde entre junio y noviembre de 2006, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) había sacado del estado al corrupto gobernador y a su policía y gobernó la ciudad capital y otras regiones a través de la democracia directa en asamblea. El entonces presidente Vicente Fox, que en un primer momento parecía disfrutar que un gobernador del partido rival, PRI, estuviera teniendo problemas y se negó a enviar tropas federales durante los primeros cuatro meses. Pero a medida que la toma de posesión de Calderón se acercaba, Fox dilapidó lo que había sido un registro relativamente decente en materia de derechos humanos (al menos en comparación con sus predecesores del PRI) y envió a la policía federal a Oaxaca para limpiar “el problema”, un mes antes de la toma de posesión. Una semana antes de la ascensión de Calderón, cientos de oaxaqueños fueron encarcelados (muchos de ellos enviados a miles de kilómetros de distancia al norte a una prisión en el estado de Nayarit), miles de personas fueron golpeadas, otras muchas pasaron a la clandestinidad, algunos incluso abandonaron el país, y la APPO fue aplastada.
Sería una locura no pensar que Calderón hará lo mismo ahora para preparar el camino del reinado de Peña Nieto. Y ahí está el peligro. Millones de mexicanos saben que su voto fue robado, de nuevo, por el fraude. Muchos hablan de querer impedir que Peña Nieto asuma el cargo. Este fin de semana pasado, los ciudadanos de Atenco -que saben mejor que nadie qué tan brutal y represiva es el nuevo tipo- convocó a los estudiantes de #YoSoy132 y otros movimientos sociales y organizaciones a reunirse en su pueblo con el mismo objetivo: impedir el ascenso de Peña Nieto
La trampa es que cualquier acción directa que se produzca antes de la toma de posesión de Peña Nieto le dará el placer de permitir a Calderón -un hombre tan odiado por la ciudadanía que ya ha dicho a periodistas que se irá fuera del país una vez que termine su periodo- para interpretar el papel de represor. Y en la medida en que Calderón desarticule la capacidad de las organizaciones sociales, Peña Nieto estará libre de culpa.
Hay dos tendencias entre los muchos mexicanos que no aceptan la imposición de Peña Nieto. El primero es la de los que quieren actuar ahora para impedir su ascenso. La segunda está entre aquellos que utilizarán estos meses para organizarse fuera de la escena pública y hacer su jugada después de la toma del 1 de diciembre, lo cual pondría a Peña Nieto en un dilema. Puede actuar de forma violenta y represiva en su primer año de gobierno, consolidando su imagen mundial -ya empañada, especialmente en Europa, donde la prensa lo ve como un bufón- como un porro anti democrático. O tendrá que morderse los labios y soportar el crecimiento de una resistencia civil con el potencial de descarrilar su presidencia. Para Peña Nieto, no hay buenas opciones después del 1 de diciembre. Es por eso que el sistema considera que es urgente que Calderón haga el trabajo sucio ahora, antes del cambio de guardia.
En quince años reportando sobre los movimientos sociales en México -las comunidades autónomas zapatistas y sus caravanas nacionales y la Otra Campaña, muchas reuniones del Congreso Nacional Indígena, la victoria de Atenco contra el aeropuerto, la huelga estudiantil de la UNAM en 1999-2000, la APPO en 2006, el Movimiento por la Paz desde 2011- siempre ha sido mi política personal el observar, reportar y analizar pero nunca decirle a los movimientos mexicanos lo que deben o no deben hacer. Pero después de tanto tiempo haciéndolo, ha habido una cierta evolución en esta pluma con respecto a lo que cubre y lo que no: Se busca acompañar y escribir de los movimientos de modo que el acompañamiento tenga sentido, que se construyen de manera que minimicen los riesgos de la derrota y aprovechar al máximo las posibilidades de la victoria.
Lo que para estos ojos y oídos es infinitamente más interesante que los conflictos que vienen en los próximos cuatro meses en que Calderón los abordará con toda su furia y fuerza antes de que se puedan profundizar y crecer, son los que están siendo plantados y que surgirán a partir del 1 de diciembre; las acciones planeadas con estrategia que pongan al régimen fraudulento en dilemas en los que no tiene buenas opciones. Los hitos fortalecen una causa mucho más que los funerales.
Obviamente, un observador podría estar equivocado. Tal vez hay una manera de detener a un falso presidente de asumir el cargo. Y si a alguien se le ocurre un plan que comience a actuar de manera diferente y mejor que los intentos fallidos después de los fraudes electorales de 1988 y 2006, esta pluma se apunta para el servicio. Tal vez para el precipitado plan de “ocupar o bloquear” Televisa en menos de dos semanas todos se unan milagrosamente con la preparación necesaria.
Sin embargo, esta pluma también recuerda los sucesos del 4 y 5 de mayo de 2006 que condujeron a la violenta invasión de Atenco por la policía. Un día antes, un grupo relativamente pequeño del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) -la organización social que había derrotado al aeropuerto internacional unos años antes- fue a la vecina ciudad de Texcoco. Con machetes en mano, volvió a tomar parte del mercado público de donde los vendedores locales de flores estaban siendo forzados a salir. Esto se convirtió en el pretexto para que llegara la policía antidisturbios -con el apoyo desde el aire de helicópteros de Televisa y TV Azteca, que posteriormente filmaron una batalla sobre la carretera que une a Texcoco y Atenco- y una rápida serie de acontecimientos que salieron del control del movimiento y que al día siguiente llevó a la sangrienta invasión policial de Atenco mismo.
A principios de siglo, este periódico informó la organización en Atenco y la victoria contra el aeropuerto (el director de Narco News TV produjo, junto con el FPDT, el documental definitorio del movimiento), y en 2006 documentó los abusos a los derechos humanos por parte de la policía. Se luchó por la liberación de nuestro amigo Nacho del Valle y los otros presos políticos de aquellos días oscuros. Sabemos que son buenas personas. Pero incluso las personas buenas a veces pueden actuar precipitadamente y desencadenar consecuencias no deseadas. En 2006, el precio fue pagado por la Otra Campaña y también en las elecciones y en el intento de impedir que Felipe Calderón tomara posesión del cargo como resultado de un fraude electoral ese año. Aquellos que no aprenden de los errores del pasado están condenados a repetirlos.
A menos que aparezca algo realmente nuevo y especial que impida el traspaso de regímenes antes de que suceda, esta serie se ocupará de esos millones de personas que creen que cambiar la historia es una empresa a largo plazo que requiere planificación, estrategia, secuencia de las tácticas, entrenamiento y preparación y el desarrollo de un plan de varios años. Los objetivos principales de #YoSoy132 abarcan gran parte de un principio de acuerdo que cruza las líneas demográficas e ideológicas en México: Rechazar la imposición de Enrique Peña Nieto y su proyecto, democratizar los medios de comunicación (y por supuesto, eso implica poner fin al control sobre la opinión pública y el discurso de las actuales compañías de medios), y lograr ambos por medios no violentos.
Para aquellos que están de acuerdo en esos puntos básicos, y quieren comenzar a planificar y organizarse ahora para el largo plazo, son de gran interés las próximas sesiones de entrenamiento en resistencia no violenta por parte del Grupo Operativo de YoSoy132 conocido como “Salón de Estrategia.” Las solicitudes para asistir a los entrenamientos pueden ser recibidas escribiendo a voluntarios132@gmail.com, y la primera sesión se celebrará el 28 de julio. También he pensado en lo que se podría considerar algunas simples sugerencias, basadas en una vida de participar, observar e informar sobre los movimientos sociales que han tenido éxito, otros que han perdido, y otros que aún se esfuerzan hacia la victoria.
Sugerencias para el buen radical
El siglo pasado, el padre de la organización comunitaria, Saul Alinsky, escribió trece “Reglas para los radicales” de esa época, pertinentes para hacer el cambio político en el vecino Estados Unidos. Siguen siendo un buen consejo en todo el mundo, pero la crisis actual requiere respuestas netamente mexicanas.

Un manifestante en la marcha contra la imposición del 14 de Julio llevaba éste cartel. DR 2012 Alejandro Meléndez..
“El régimen del PRI” -un término realmente equivocado, ya que un partido político es simplemente el vehículo de la élite para obtener más poder para controlar el Estado- ha sido asociado en la opinión pública y la cultura popular con los dinosaurios de la antigüedad. Sin embargo, estos tiranosaurios no se han extinguido. En el año 2012 sobrevivieron las “anomalías” primitivas del tiempo y espacio y escaparon de sus jaulas de Jurassic Park. Los dinosaurios andan sueltos. Y ahora aplica un nuevo conjunto de reglas para todos los que tratan de evitar ser comidos. Abbie Hoffman, una vez dijo: “El primer deber de un revolucionario es que no lo atrapen.”
Para ello, en la Parte II de esta serie, vamos a ofrecer una actualización de las “Sugerencias para los radicales”, basada en las realidades actuales, a la mexicana.
Éstos son algunos de los títulos de los proyectos de estas sugerencias. Están sujetas a enmienda, una vez esta pluma las desarrolle.
Sugerencias para el buen radical en 2012 – Conoce a tu enemigo y haz de los medios el chivo expiatorio

– Los próximos cinco meses son los más peligrosos

– Las marchas y protestas no derrocan regímenes

– Usa estos cinco meses para prepararte y entrenar

– Haz un plan a tres años y escríbelo

– No esperes órdenes o permiso de nadie

– Aprende como otros han derrocado a sus tiranos

– La noviolencia no es un estilo de vida, es una táctica para ganar conflictos

– No puedes ser amigo de todos: los dinosaurios también están entre nosotros

– La unidad y la participación máxima es lo que funciona

– La opinión pública siempre debe ser considerada

– Primero debemos gobernarnos a nosotros mismos: la disciplina importa

– La planeación requiere paciencia

– El plan más congruente viene desde abajo
Una vez más, se trata de sugerencias, no de instrucciones. Quedará en el lector elegir lo que le sirva.
Este escritor no tiene voto en nada de esto, sólo un corazón que es consumida por ello, y una cabeza tratando de darle sentido.
En la segunda parte, vamos a tratar de explicar lo que cada una de estas frases significan para nosotros, y cómo estas sugerencias se han aplicado en otros puntos de la historia humana a la vida cotidiana de las personas que buscan hacer un cambio urgente en un momento de crisis moral.

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