martes, 14 de agosto de 2012

Draghi podría lamentar su bazuca

Por NICHOLAS HASTINGS

Es posible que Mario Draghi haya dañado el Banco Central Europeo y el euro más de lo que pensábamos.
Cuando el presidente del BCE prometió reducir los costos de endeudamiento para los países periféricos de la zona euro, parecía llevar a cabo un golpe maestro que presionaría a los políticos para darle su apoyo y así amasar confianza entre los inversionistas de que el banco central tenía una solución para la crisis de la deuda soberana.
La reacción inicial del mercado fue optimista: el euro se fortaleció y los rendimientos de los bonos de España e Italia cayeron.
Pero en los aproximadamente 10 días posteriores a sus declaraciones, la reputación de Draghi se ha visto un poco golpeada.
imageREUTERS
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo.
Los políticos, ciertamente en Alemania, están mostrando pocas señales de respaldar sus planes y el presidente ha sido acusado de exceder el mandato del banco.
Además, uno de los principales deudores para el cual estaba diseñado el plan de Draghi, España, está resistiendo la idea de aceptar un rescate porque quiere evitar las onerosas condiciones exigidas por el BCE a cambio del financiamiento.

El ministro de Economía italiano, Vittorio Grilli, ha insistido en que el país podría evitar un rescate si el BCE comprara bonos italianos en cantidades lo suficientemente grandes para impulsar una caída de los rendimientos a niveles más manejables. Esto tal vez suene bien, pero difícilmente sea plausible, dado que el BCE ha declarado que los países deben primero hacer un pedido formal de socorro financiero, lo cual significa que deben una vez más, aceptar condiciones. En otras palabras, Grilli quiere que el BCE lo ayude pero sin que Italia tenga que tragarse una austeridad aún mayor.
Allí está el problema con la propuesta de Draghi. Un programa de compras de bonos reduciría la presión sobre España e Italia para que continúen con los recortes de gastos.
Luc Coene, gobernador del banco central de Bélgica y miembro del consejo de gobierno del BCE, dijo en una entrevista con dos diarios de la zona euro: "No hemos olvidado lo que sucedió en agosto del año pasado. Compramos bonos italianos e inmediatamente después de eso el gobierno italiano faltó a sus promesas. La conclusión es clara: cuando se quita la presión del mercado, se quita la presión para que los políticos actúen".
También está el asunto de Alemania y de cómo reaccionará a que el BCE extienda su mandato más allá del papel tradicional de administrador de la estabilidad de precios. Además, Alemania, como uno de los países centrales, detesta proporcionar incluso más financiamiento para los países periféricos en esta etapa.
La canciller alemana Angela Merkel regresa esta semana de sus vacaciones de verano, por lo cual los mercados financieros aún no tienen una respuesta clara. Pero cuando sí llegue, la réplica de Berlín probablemente sea desfavorable.
Ciertamente parece haber poco apetito para seguirle la corriente a los deudores que violaron sus promesas. Algunos políticos alemanes están sugiriendo que Alemania debería retener cualquier fondo adicional para Grecia si el país no muestra cómo cumplirá con sus metas presupuestarias.
Esto sugiere que el intento de Draghi de lanzar una "gran bazuca" para resolver la crisis ha fallado.
Mientras los mercados esperan a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, hay muchas señales de que la confianza de los inversionistas sigue en caída.
Nuevos datos de la Chicago Mercantile Exchange muestran que aunque los especuladores redujeron sus altos niveles recientes de posiciones cortas en euros en la semana que finalizó el martes pasado, la caída difícilmente sugiere una reversión en la percepción del mercado sobre la moneda única.

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