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Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo.
Los políticos, ciertamente en Alemania,
están mostrando pocas señales de respaldar sus planes y el presidente
ha sido acusado de exceder el mandato del banco.
Además, uno de los principales deudores para el cual estaba diseñado
el plan de Draghi, España, está resistiendo la idea de aceptar un
rescate porque quiere evitar las onerosas condiciones exigidas por el
BCE a cambio del financiamiento.
El ministro de Economía italiano, Vittorio Grilli, ha insistido en
que el país podría evitar un rescate si el BCE comprara bonos italianos
en cantidades lo suficientemente grandes para impulsar una caída de los
rendimientos a niveles más manejables. Esto tal vez suene bien, pero
difícilmente sea plausible, dado que el BCE ha declarado que los países
deben primero hacer un pedido formal de socorro financiero, lo cual
significa que deben una vez más, aceptar condiciones. En otras palabras,
Grilli quiere que el BCE lo ayude pero sin que Italia tenga que
tragarse una austeridad aún mayor.
Allí está el problema con la propuesta de Draghi. Un programa de
compras de bonos reduciría la presión sobre España e Italia para que
continúen con los recortes de gastos.
Luc Coene, gobernador del banco central de Bélgica y miembro del
consejo de gobierno del BCE, dijo en una entrevista con dos diarios de
la zona euro: "No hemos olvidado lo que sucedió en agosto del año
pasado. Compramos bonos italianos e inmediatamente después de eso el
gobierno italiano faltó a sus promesas. La conclusión es clara: cuando
se quita la presión del mercado, se quita la presión para que los
políticos actúen".
También está el asunto de Alemania y de cómo reaccionará a que el BCE
extienda su mandato más allá del papel tradicional de administrador de
la estabilidad de precios. Además, Alemania, como uno de los países
centrales, detesta proporcionar incluso más financiamiento para los
países periféricos en esta etapa.
La canciller alemana Angela Merkel regresa esta semana de sus
vacaciones de verano, por lo cual los mercados financieros aún no tienen
una respuesta clara. Pero cuando sí llegue, la réplica de Berlín
probablemente sea desfavorable.
Ciertamente parece haber poco apetito para seguirle la corriente a
los deudores que violaron sus promesas. Algunos políticos alemanes están
sugiriendo que Alemania debería retener cualquier fondo adicional para
Grecia si el país no muestra cómo cumplirá con sus metas
presupuestarias.
Esto sugiere que el intento de Draghi de lanzar una "gran bazuca" para resolver la crisis ha fallado.
Mientras los mercados esperan a ver cómo se desarrollan los
acontecimientos, hay muchas señales de que la confianza de los
inversionistas sigue en caída.
Nuevos datos de la Chicago Mercantile Exchange muestran que aunque
los especuladores redujeron sus altos niveles recientes de posiciones
cortas en euros en la semana que finalizó el martes pasado, la caída
difícilmente sugiere una reversión en la percepción del mercado sobre la
moneda única.
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