El lastre pensionario, cuestión de números, no de ideologías
La semana
pasada escribí sobre el peligro para las finanzas públicas que representa el
implantar un sistema de retiro universal al estilo europeo, que hoy se hace
añicos.
De acuerdo a la
propuesta priista, es necesario hacer una reforma fiscal profunda. Lo
preocupante es que dicha reforma no sería sólo con base en aumentar la base que
se grava, sino incluso-así lo dejan ver las declaraciones de destacados
priistas como Luis Videgaray-, la tasa impositiva de todos los impuestos que se
cobran. Perdón, insisto, eso es darle aún más al traste a la competitividad de
la economía mexicana, que lo requiere es que más paguen impuestos, pero a
menores tasas de tributación.
Si acaso llegan
a realizar un proyecto de retiro universal, a lo mucho alcanzaría sólo para
decretar, por ejemplo, que todo jubilado después de los 65 años recibiera al
menos un salario mínimo, lo cual es una cantidad nada digna para
cualquier jubilado. En términos económicos, lo racional es que sean los propios
particulares los que diseñen su propio estándar de vida y por supuesto de
retiro, sobre todo a raíz del creciente nivel de gasto populista y clientelar
de los gobiernos de todos los colores.
Creer que
el Estado puede hacerlo mejor en materia de retiro, es ingenuo, arbitrario e
inconsistente con la historia. El Estado es el que primero “chupa” y saquea las
pensiones de los trabajadores (sólo recordar como el gobierno argentino
expropió el dinero de las pensiones de los trabajadores para sufragar sus
excesos fiscales, igualito, por cierto, habría hecho el peje para emprender sus
locuras populistas). De ahí el tremendo fracaso de los sistemas de reparto que
sólo funcionan cuando el número de jóvenes trabajando en activo supera con
mucho el de los trabajadores retirados o jubilados.
A
continuación expongo algunos datos que son públicos sobre el lastre que
representan las pensiones (en distintos ordenes, ámbitos y
dependencias del gobierno mexicano) para las finanzas públicas y por qué
es inviable e indeseable cualquier sistema de retiro universal.
Recordemos que la deuda nacional total por
pensiones ya rebasó el 100% del PIB, incluso, el pasivo actuarial, o presión
financiera total a precios actuales llegó a 104% del PIB del 2010. Detallemos
más.
De acuerdo a la
Auditoría Federal de la Federación en el presente año el pasivo laboral de 28
universidades públicas ronda los 500 mil millones de pesos. Y así quieren
construir más universidades públicas sin cuidar la calidad. Otra vez la apuesta
estúpida, cobertura antes que calidad. En el país hay más de 105 planes pensionarios, de
los cuales sólo cinco o seis están fondeados y ello no incluye los fondos de
pensiones universitarios.
Vayamos con el lastre estatal de pensiones. Por razones
de espacio sólo mencionamos algunos casos.
El Estado de México tiene suficiencia hasta 2016, por lo
que sin reformas, tendrá que realizar aportaciones extras de 3 mil millones de
pesos al año.
Baja California. Las reservas para jubilaciones
magisteriales se acabaron en el 2012, por lo que tuvo que realizar aportaciones
extraordinarias por 422 millones de pesos. Los recursos para pensiones de
burócratas se agotarán en el 2018.
Chiapas. El periodo de suficiencia será hasta el 2014.
Los pasivos por pensiones no fondeados ascienden a 60,300 millones de pesos.
Chihuahua. Las erogaciones por pensiones y jubilaciones
son superiores a las aportaciones recibidas, por lo que realizó aportaciones
extraordinarias por 1,397 millones de pesos en el 2010.
Colima. La entidad no cuenta con un sistema formal de
aportaciones, por lo que hace frente al rubro con gasto corriente. En el 2010
erogó 277 millones de pesos.
Guerrero. El pasivo por pensiones no fondeadas ascendió a
43,900 millones de pesos.
Nayarit. Tiene un sistema de solvencia hasta el 2028,
pero registró un pasivo por pensiones no fondeado de 10,000 millones de pesos
en el 2010.
Oaxaca. Tiene un sistema de suficiencia hasta el 2014.
Para ese año tendrá que realizar aportaciones extraordinarias por 100 millones
de pesos.
Puebla. A partir del 2017 el estado tendrá que realizar
aportaciones extraordinarias.
Tabasco. Se estima que tiene un periodo de suficiencia
hasta el 2019.
Tamaulipas. Tiene un periodo de suficiencia hasta el
2019. Los pasivos por pensiones no fondeados son de 51,000 millones de pesos.
Veracruz. No tiene periodo de suficiencia, por lo que
requiere de recursos extraordinarios por cerca de 1,000 millones de pesos este
año.
Zacatecas. El estado enfrenta una obligación por
pensiones no fondeadas de 18,000 millones de pesos.
Vamos a las paraestatales.
El pasivo laboral de las dos paraestatales más
importantes del país, Pemex y CFE, tiene proporciones exorbitantes.
Al 31 de marzo (del presente año), de acuerdo con
sus estados financieros (Pemex y CFE juntas), la deuda para cubrir los
beneficios laborales de 247 mil 144 empleados activos (sindicalizados y de
confianza) al momento del retiro así como salarios y prestaciones de 127 mil
749 pensionados y jubilados, supera los 100 mil millones de dólares (no pesos,
dólares).
Al cierre de 2006, Comisión Federal de
Electricidad (CFE) reportó un pasivo de 208 mil 730 millones de pesos. Para el
31 de marzo de este año el monto fue de 448 mil 102 millones de pesos, un alza
de 114.6%.
La empresa reporta una plantilla de 123 mil 143
personas, entre empleados de confianza y sindicalizados. De ellos, 96 mil 992
son activos —incluye a temporales. En agosto de 2008, CFE y el Sindicato Único
de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) firmaron un
convenio para adecuar su Plan de Pensiones para nuevos trabajadores, mediante
cuentas individuales en donde el empleado dará desde su ingreso 5% de su
salario base y la empresa 7.5% del salario. No obstante, el boquete financiero
es gigantesco, por lo que cualquier intento de universalizar pensiones estaría
condenado al desastre.
En el caso de Pemex registra una plantilla de 241
mil 750 trabajadores, entre activos (150 mil 152 de confianza y sindicalizados)
y 91 mil 598 jubilados. En 2006, el pasivo laboral en Pemex alcanzó los 454 mil
577 millones de pesos. Para el 31 de marzo de este año, el pasivo ronda los 845
mil 119 millones de pesos. En Pemex, a diferencia de CFE, no se ha logrado
acuerdos para el retiro de los futuros pensionados, por lo que la situación
financiera es más que explosiva. En este terreno hasta el propio Videgaray ha
reconocido que sin reforma al sistema de pensiones petrolero, simplemente es
ridículo cualquier diseño de pensión universal. Yo sostengo que con o sin
reformas el retiro debe basarse en incentivos, en cuentas individuales
capitalizadas, no en un sistema estatal-universal gigantesco que terminaría por
explotar en el tiempo.
Por razones de espacio, ya no toco el tema de la
banca de desarrollo (lo haré en otro espacio), pero sobra decir, también hay
pasivos laborales por pensiones gigantescos. Lo mismo con la burocracia federal
en general.
Y también, para otra ocasión dejamos el lado de lo
inequitativa que son las pensiones en el gobierno, en especial cómo se sirven
con la cuchara grande la banca de desarrollo y el sector energético.
Urge una seria reforma fiscal y de federalismo
económico. Si lo estados no le entran, las pensiones harán tarde o temprano
crisis. Lo curioso es que son los estados priistas los que se niegan a
renunciar a la opacidad en la asignación de recursos. Si no, no veríamos los
escándalos al estilo Coahuila. Reformas serias en materia de gasto e ingreso es
lo que urge, no tonterías populistas como lo de la pensión universal.
Los estatólatras critican a los liberales
aduciendo que elogian el individualismo, el interés propio y el lucro, por
encima de la colectividad, de la “solidaridad humana”. Eso es ridículo y lo
único que demuestra es una profunda ignorancia en materia económica. Si afán de
lucro simplemente no habría pan y alimentos en la mesa de nadie.
Por ello, en materia de pensiones el asunto no es
de ideologías, sólo de números. Ahí les dejo algunos datos duros al PRI para
que no siga con sus propuestas superficiales en materia de pensiones.
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