Por Sudeep Reddy
Los temores de que Estados Unidos se
precipite por el "abismo fiscal" a fines de año sugieren que pocas
cosas han cambiado en Washington desde que la batalla por el techo de
la deuda golpeó hace un año la atribulada economía.
Con todo, parece que los inversionistas
están convencidos de que EE.UU. sigue siendo la apuesta más segura pese
a la creciente ansiedad sobre la deuda soberana en todo el mundo.
¿Por qué se siguen considerando los bonos del Tesoro como uno de los
activos más seguros? "Si busca la seguridad de un país, EE.UU. es el
mejor entre los peores", opina Tom Porcelli, economista jefe de RBC
Capital Markets.
La duración de esto dependerá de cuánto se demore en mejorar la situación global.
A pesar de perder su calificación de
triple A de Standard & Poor's en agosto del año pasado, EE.UU. es
todavía un imán para el dinero que huye de los núcleos de problemas del
mundo. Conforme la crisis europea hace estragos, la incertidumbre en
Grecia, España e Italia ha llevado a los inversionistas a salir
corriendo en busca de refugio en el gobierno estadounidense.
Por ahora, los mercados están más
preocupados por la debilidad económica global que por la creciente
deuda de EE.UU., lo que está reduciendo los intereses de sus bonos del
Tesoro. El país puede asumir deuda a 10 años a un interés de
aproximadamente 1,6%, casi un mínimo histórico. Esto es gracias que los
inversionistas entregan con gusto su dinero con pocas expectativas de
un rendimiento, tras tener en cuenta la inflación.
A pesar del menor costo de endeudamiento
de EE.UU., existe la amenaza de más rebajas de la calificación
crediticia a principios del año que viene si las autoridades fallan en
su gestión del "abismo fiscal", el término que engloba los aumentos de
impuestos y recortes de costos que se implementarán a menos que
Washington intervenga.
En teoría, una rebaja de su deuda
incrementaría los costos de endeudamiento del gobierno si los
inversionistas exigen una compensación más alta por el riesgo añadido.
Pero eso depende de sus alternativas. La rebaja del año pasado de
EE.UU. coincidió con problemas en Europa que pusieron incluso más
inquietos a los inversionistas.
EE.UU. no es el único en experimentar
el efecto contraintuitivo de costos de endeudamiento más baratos contra
la amenaza de rebajas de la calificación crediticia. Algunos de los
miembros más fuertes de la zona euro, incluyendo Alemania, Holanda y
Francia, han recibido advertencias de rebajas debido a las periódicas
erupciones en la unión monetaria. Sin embargo, sus costos para asumir
deuda siguen en niveles mínimos. Alemania y otros miembros resistentes
pueden vender algunos bonos con rendimientos negativos. Eso quiere decir
que los inversionistas le están pagando al gobierno para guardar su
dinero en un lugar seguro. En todo el mundo, los riesgos de la deuda
soberana, que durante mucho tiempo se consideraba el refugio más seguro,
están obligando a hacer una reevaluación de lo que cuenta como
verdadera seguridad.
El Fondo Monetario Internacional estimó
recientemente que la preocupación por la salud fiscal de los gobiernos
podría restarle al mundo una sexta parte de la oferta de deuda soberana
"segura" para 2016, o unos US$9 billones (millones de millones) en
activos que tendrían que ser reemplazados por otras inversiones.
El suministro de activos seguros, que
también incluye oro y deuda corporativa de alta calidad, se está
reduciendo precisamente en el mismo momento en que la demanda está
resurgiendo.
Una posible consecuencia es que los
fondos de pensiones y otros grandes inversionistas que buscan apuestas
seguras tengan que mover su dinero con más frecuencia, en vez de
dejarlo en un lugar durante un período prolongado, incrementando así la
volatilidad del mercado.
Los gobiernos que reciban esos flujos
podrían ver una escalada en sus divisas, lo que perjudicaría sus
exportaciones, tal como han experimentado Suiza y Japón. Los
inversionistas también podrían probar suerte con herramientas más
creativas, dando lugar a nuevas burbujas. Algunos activos considerados
seguros en su día, como los valores respaldados por hipotecas,
resultaron no serlo tanto.
El fenómeno del enano gigante está
enviando señales falsas a algunos gobiernos sobre el atractivo de su
deuda. Una continua fuga de los países más golpeados de la zona euro
hacia la deuda triple A de Francia, por ejemplo, le está dando al
gobierno de ese país esperanzas sobre sus propias iniciativas fiscales,
aliviando la presión sobre el país para que imponga reformas
económicas.
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