Dos conceptos de competencia: los taxis contra Microsoft
Durante décadas nos hemos hartado de
escuchar que la gran ventaja de las economías libres es la feroz
competencia que se da entre los empresarios. En ellas, el consumidor es
plenamente soberano gracias a sus posibilidades para cambiar de
suministradores como de cromos: siempre que una compañía trate de
hacerlo peor que el resto subiendo los precios o empeorando la calidad
de sus productos, a los consumidores les queda la alternativa de
refugiarse en otras empresas, que, gracias sean dadas a la feroz
competencia, están interesadas en seguir ofreciendo el mismo producto a
los mismos bajos precios y con las mismas altas calidades de siempre.