Por Johan Norberg
Ideologías
y pensadores luchan en busca de la mejor solución para nuestros
problemas. El Capitalismo es el reconocimiento de que esta respuesta
ideal no existe. No podemos construir un sistema perfecto que se adapte a
todo el mundo. Por eso el capitalismo afirma que todas las ideas,
proyectos y sistemas pacíficos son bien recibidos. No conocemos la mejor
solución, por tanto, la gente tiene que decidir por si misma que es lo
mejor para cada uno, que tipo de ideas y sueños quieren realizar y que
tipo de bienes y servicios deberían, o no deberían, consumir. Eres libre
de intentar cualquier cosa, mientras no uses la fuerza contra otras
personas, o les obligues a pagar por tus proyectos. El capitalismo es el
sistema económico que deja las decisiones económicas en manos de la
gente, no del sistema.
¿Quieres un día sin
compras? Claro, adelante. Puedes tenerlo todos los días de la semana. El
capitalismo significa relaciones voluntarias. Un acuerdo solo se hace
si las dos partes piensan beneficiarse por ello.
Algunos
acusan al capitalismo de la pobreza en el mundo. Eso es porque no han
estudiado, o al menos no han entendido, la historia. La pobreza no es
algo nuevo. La pobreza ha sido siempre el destino de la humanidad. 200
años atrás cada país era subdesarrollado. Lo nuevo en el mundo, el hecho
fantástico que requiere una explicación, es la riqueza. El hecho de que
algunos países y regiones han conseguido salir de la pobreza por
primera vez en la historia[1].